Querido blog: 5 años después....

Querido blog,

Hoy cumples 5 años ¡¡ Muchisimas Felicidades!! ¿Unos vinitos? (Cualquier excusa es buena).  Aún nos acordamos del día que viniste a nuestras vidas. No está bonito decirlo, pero es la realidad. Así, recién nacido no eras el más atractivo, lo sabemos, el proceso de nacer es duro y complicado, haces mucha fuerza, pero no luce demasiado…

Queríamos decirte que, 5 años después de esa noche en la que viste la luz, como “blog veterano” eres un auténtico desastre. Pero eso sí, un desastre que nos encanta y nos divierte; nuestro desastre ¿Cuántos pueden levantar la mano y decir que se sienten orgullosos de un desastre que llevan cultivando durante 5 años? Esto es magia...

Con 5 años deberías estar en el top de los blogs y nosotros, tus creadores, en el top de los bloggers. Ya sabes, pandilleando por aquí y por allá, en plan “molones” de blogtrip en blogtrip, en charlas, en los recopilatorios de “mejores blog de viajes”... Y ¿dónde estamos? Pululando por el mundo virtual intentando sobrevivir, que no es poco. ¿Tú sabes lo duro que es que tus conocidos te pregunten, cuántos seguidores tenéis  ya (muy importante el “ya”, que denota “con todo el tiempo que lleváis”) en Twitter, o en Facebook y tener que contestar la verdad?  Es muy muy difícil. Que en twitter un tío pone una avatar de un estropajo, un nombre al más estilo “Mr. Limpio” y con 4 tweets ya tiene 200 seguidores, por favor ¿Qué está pasando en el mundo de las redes sociales? y lo más importante ¿Qué estamos haciendo nosotros?. Por no hablar de que tan solo hace unas semanas te abrimos tu propio Instagram (sí, nos lo tomamos con calma). Nuestras cifras, querido blog, son de risa. Y como responsables de tí, esto nos deja en muy mala situación…

Ya, ya, lo que uno espera por su quinto cumpleaños es una fiesta y no una carta de reproches pero es que esto, aunque lo parezca, y mucho,  no es un reproche, es una carta de agradecimiento (bonita y todo). Ya verás.

Cuando pensamos en ti, en crearte, nuestra máxima preocupación era cómo llamarte. Ya ves, qué tontería ¿no?. Somos unos románticos. Y nos dejamos llevar, no sabíamos que para ti era importante que tuviéramos en cuenta el SEO (que no sabíamos ni lo que era, porque hasta que llegaste a nuestras vidas, SEO, para nosotros, era la Sociedad Española de Ornitología, la de los pajaritos, sí). Por supuesto lo de las palabras clave y todo lo que hay detrás del marketing virtual era (y es) un mundo demasiado grande en el que no estábamos (ni estamos) muy interesados, el típico mal necesario en el que acabas participando a duras penas bajo lema de “si no puedes con él, únete a él”. 

Nosotros, en nuestra etapa idílica, solo pensamos en un nombre que nos gustara, algo “bonito” y así llego ¿Tienes planes hoy? que si lo miras bien, para no tener ni idea no nos quedó demasiado mal (vale casi todos te llaman ¿Tienes planes para hoy? empezando por nuestros familiares, pero qué podemos hacer ¿qué?).

Por cierto, ahora que hablamos de familiares ¿Crees que alguno se acuerda de que es tu cumpleaños? Por supuesto que, si no han conseguido en un lustro memorizar tu nombre correctamente, no podemos esperar que te hagan una fiesta. Y es que, ahora que lo nombramos, podemos asegurar que virtualmente hablando somos huérfanos. Tú, querido desastre de blog, no, nos tienes a nosotros… (ehhhh, no eches a correr). Pero nosotros no contamos con un solo seguidor por consanguinidad. Fuerte, muy fuerte.  Que hemos hecho alguna entrada en la que íbamos con ellos y ni con esas. Bueno, de hecho, puede que hagan algún viaje de los que hemos hecho nosotros peviamente y hablado en el blog y, creemos, que antes lo miran en algún foro o nos piden los folletos, que leerse la entrada (A ver familia, un poquito de consideración ya, no somos tan tostones, nuestras cifras nos avalan… ups, esto...).

Eso sí, a veces, de refilón hemos escuchado “hacen unas fotos muy bonitas”, “tienen un blog”... ya, en el mejor de los casos, “sí, se llama… cómo era… ¿Tienes planes para hoy?.

Desde que te pusimos nombre y le dimos al botón de “crear blog” nuestra máxima preocupación ha sido hacer de ti algo interesante y personal. Ya, menudo rollo, algo interesante ¿Quién quiere algo interesante? Pues sí, hay gente a la que le gustan  las cosas interesantes, y no solo los que ven la 2, National Geographic y leen a Punset, otra cosa es que nosotros lo sepamos hacer. Pero tú dirás, el mundo busca algo divertido. Pues también lo hemos intentado, majo, que llevamos escribiendo nuestras hazañas, que no son pocas, con todas las anécdotas que nos humillan como personas en nuestros viajes (lo de narrar la experiencia de las raquetas en la nieve fue muy fuerte, por no mencionar nuestras luchas con el idioma extranjero) ¡Y todo, por tí!

Y luego ¿Qué nos dices de cuando registramos tu nombre? Eso sí que fue una apuesta por tus posibilidades, todo un derroche de confianza y entrega. En tu cuarto año de vida, con un ritmo de visitas bastante más consolidado dentro de la masa de blogs, pensamos que sería una buena idea, estabas despegando... Tu propio dominio ¡Oh, Señor, qué gloriosa aventura! 72 horas después de asignarte tu propia dirección web, tan solo 3 días, con sus horitas y sus minutos, perdimos más del 70% de visitas que habíamos consolidado durante cuatro años (día a día, entrada a entrada). Y hemos conseguido recuperarlas un año después. Lo nuestro no es perseverancia, ya es obstinación.

También te hicimos un “Cambiame” que no veas. Eso sí, contradiciendo todo lo que aconsejan los expertos. Pusimos un fondo oscuro, un slider y, encima, tardamos meses en hacerlo. Pero estás tan mono... que te hemos dejado así, puestos a ser blog desastre, no nos gusta dejar cabos sueltos. Ahí donde te ves, hasta el más mínimo detalle, fue pensado…

Y con todo esto, creemos que tienes un montón de cosas que valen mucho las pena. En tu contenido estamos nosotros. Un boceto de nuestras escapadas y viajes, y en nuestros diarios, unos veranos que están marcando nuestras vidas. En nuestras palabras están nuestras sensaciones y recuerdos. Y en nuestras fotografías nuestras miradas. Nos encanta llenarte de imágenes y de color. Porque en ti estamos nosotros. Porque en ti escribimos para terceros, pero, sobre todo, escribimos para nosotros, si somos sinceros.

Vale sí… ya te hemos intuido, mucho estamos “nosotros” pero no enseñamos el careto ni locos. Es cierto, siempre detrás de las cámaras, y piensa una cosa, eso es indicio de que aún confiamos en tí. Cuándo seas famoso ¿Qué? ¿Vamos a tener que salir a la calle exponiéndonos a que nos reconozcan? No gracias… (bueno, y que así se está muy a gustito, nuestros trabajos no están nada vinculados a todo esto y desarrollamos nuestra actividad laboral de cara a terceros también).

Desde que formas parte de nuestra vida nos has hecho reir, tu existencia nos ha hecho conocer lugares nuevos, nos ha hecho aprender sobre cosas que nunca habríamos pensado, nos ha motivado, nos ha hecho mucho más curiosos y ha conseguido que en ti tengamos una parte muy bonita de nuestra vida.

Cumples 5 años, cumplimos 5 años… Nunca pensamos que tuviéramos la constancia de seguir dándote alimento. Pasa el tiempo y cada día nos inspiras más, tenemos más destinos, tenemos planes para ti, tenemos ganas y, sobre todo, te tenemos a ti, ¿Tienes planes hoy?, eres tú, nuestro blog, y somos nosotros.

Gracias ¿Tienes planes hoy? por formar parte de cada uno de nuestros días. Gracias, gracias, gracias y gracias a todos vosotros, que nos habéis leído, que nos habéis comentado, que le habéis dado a un “Me gusta”, que nos habéis escrito. Todo eso, le da aún más sentido a este blog.

Así que, querido blog, en tu quinto cumpleaños, decirte que hay miles de blogs de viajes en la red a años luz de ti, pero que tú, para nosotros eres el más especial, tienes nuestros ojos, nuestras risas y todo nuestro cariño. Tienes algunas de nuestras noches trasnochadas investigando como mejorarte o intentando arreglar fallos. 

 Antes de finalizar, solo una cosa… antes de soplar las 5 velas, pide un deseo…

¿Tienes planes hoy? (nos das vida)

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Parque Natural Barranco del río Dulce: una ruta en familia

Esta ruta que os proponemos hoy está llena de otoño por los cuatro costado (imágenes de finales de octubre). En esta ocasión, la realizamos en un ambiente muy familiar, es decir, venían en el camino nuestros cuñados y sobrinos, dos niños de 9 y 7 años. La realizaron sin ningún problema, de hecho, diríamos que con bastante más agilidad que nosotros en algunos puntos. Me enferman esas carreritas que dan como cabritillas en medio de una pendiente, cuando yo siento los higadillos en la campanilla y, encima, van hablando con pasión de cosas como corazones, unicornios o videojuegos, mientras yo solo escucho el palpitar de mis pulsaciones. También reconozco que se despertó en mí una maléfica sonrisa cuando, en uno de los miradores, los vi tumbarse con un jadeillo intermitente mientras decían ¿Queda mucho? y se resistían a levantarse. Ajaaaa… ¡los hemos cansado! Sí…. Somos unos “tíos” entrañables, lo sabemos.

Empezaremos por el principio, dónde está el Barranco del Río Dulce y qué ruta realizamos. Este lugar se encuentra en Guadalajara, dentro del Parque Natural del Río Dulce, muy cerquita de Sigüenza, un buen lugar donde podéis ir a comer, o visitar en un paseito por la tarde si os apetece, y del que ya os hemos hablado.

Existen muy variadas rutas en este entorno. Nosotros elegimos una que comienza en el pueblo de Pelegrina, donde a su entrada hay un aparcamiento acondicionado para dejar el coche.

Antes de llegar al pueblo, en la carretera que serpentea por el entorno del barranco encontraréis el Mirador de “Pelegrina” en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente.

Es escribir este nombre y resuena en mi interior la música de los programas y su voz en “off” relatandonos la vida de la fauna ibérica. Y al pensar en ello ¿Quién de vosotros, que seáis de las generaciones donde este hombre marcó parte de sus recuerdos, no rememora la imagen de un águila levantando una cabra del suelo? ¿Sabéis dónde está tomada esa imagen? Aquí… junto con muchas de ese lobo ibérico, delgaducho y que es tan nuestro.

Parad en el Mirador antes de llegar al pueblo, o después, como prefiráis, pero parad. Desde él, la vista de la hoz es espectacular. Cortados y, en otoño, unos colores que parece que hubieran vertido pintura sobre sus árboles. Si tenéis prismáticos, llevadlos, porque es fácil que encontréis numerosos buitres sobrevolando la zona, además, de que es un entorno en el que hay gran variedad de aves, como el águila real.

Desde allí al pueblo apenas hay unos kilómetros. Pelegrina, presidido por un castillo en ruinas, que desde la distancia resulta bastante pintoresco. Estacionad en los aparcamientos que hay al inicio del pueblo y adentrad en él por la calle principal, enseguida, veréis que sale el camino que se integra en el Barranco, hacia la izquierda.

Nuestra idea inicial era darnos un paseito sencillo otoñal, para acabar comiendo en Sigüenza pero, al final, viendo el paisaje y siguiendo la recomendación de una pareja que nos encontramos en el camino, cambiamos de plan a mitad del mismo, resultando una ruta algo más larga pero con variados atractivos.

La ruta más básica es la SPG-6. Esta ruta está señalizada por las balizas naranjas y se podría hacer con carro de niños salvando algún pequeño escollo. Es circular y, según plano, llevaría una hora y media más o menos y transcurre por el margen del río, por un paseo otoñal espectacular. Nosotros os vamos a proponer esta ruta (balizas naranjas) más un tramo de la ruta de balizas azules (esta parte no se podría hacer con carro) y que sube a un par de miradores, además de pasar por la Cascada de Gollorio, que estaba sin agua en octubre 2015. Vamos allá.

Una vez que bajamos la pista asfaltada, empieza un camino entre árboles. En poco tiempo aparecerá un puente pequeño de tableros de madera, no lo crucéis, a la vuelta volveremos por ese margen del río, pero de momento, no lo cruzamos y seguimos por el lado izquierdo del río Dulce, que en este fin de semana de finales de octubre no iba especialmente caudaloso y parecía, en la distancia, un trampantojo, cubierto de hojas, que si no fuera por algunos claros que quedaban podía parecer que no había río y dar un susto a más de uno. Preciosa imagen.

Durante un rato continuamos andando entre cortados y árboles, dejamos a un lado la caseta de Félix Rodríguez de la Fuente, veréis algunos artículo pegados en su puerta. Luego llegaréis a unas piedras colocadas a modo de puente para pasar al otro margen del río. En nuestra visita no había agua a esa altura.

Una vez al otro lado si siguierais la ruta naranja, comenzaríais el retorno por ese otro margen hasta llegar al puente de madera que antes nos habíamos saltado, cruzadlo y de vuelta. Pero, no va a ser lo hagamos. Nada más cruzar las piedras, en vez de girar a la derecha para retornar (veréis un cartel que indica la ruta), giraremos a la izquierda. A partir de este momento seguiremos las balizas azules.

Este sendero nos va a llevar a la parte más alta del barranco, pasando por algunos pendientes con un desnivel que ronda el 10% pero durante cortos periodos de tiempo. En el camino, en varias ocasiones, veremos desde la lejanía el Mirador de Pelegrina del que os hablábamos al principio del relato.

Así que, durante un rato toca hacer un poquito de piernas, que haciéndolo tranquilamente no supondrá un esfuerzo demasiado alto, además, dadas las vistas siempre hay una disculpa para hacer lo que nosotros llamamos “operación descansillo”, que es buscar una excusa para que parezca que por lo que se para no es cansancio sino circunstancias coyunturales, como una foto, el paisaje, un cordón desabrochado… Confesad, que no somos los únicos con operaciones descansillo.

La subida es ligeramente zigzagueante, y desde arriba se disfruta de buenas panorámicas. Está perfectamente señalizado por las balizas azules. Después del esfuerzo llegamos a un mirador.

Desde él comienza un descenso y nos estaremos acercando a la Cascada de Gollorio desde arriba (que es una cascada de la que no siempre se puede disfrutar, como veréis en nuestras imágenes no se ve una gota de agua caer, lo cual nos ha hecho plantearnos volver en primavera para poder verla).

Desde ese primer mirador continuamos en ascenso siguiendo las balizas hasta un segundo mirador. Este tramo tendrá una pendiente mucho menos pronunciada. Desde este segundo punto mirando de frente se vería la caída de agua (si hubiera agua) perfectamente, como no es el caso, nos conformamos con ver las formas de los cortados y la huella que deja el salto de agua en el terreno y las rocas.

Desde aquí, durante unos metros seguimos subiendo ligeramente y ya comienza el descenso. Se abre una explanada, llegaréis a otra baliza azul y, casi a la misma altura, a la derecha, sobre la esquina de la fachada de una casa encontraréis pintada otra raya azul para que hagáis el giro de casi de 180 grados y empecéis el zig zag de descenso hasta el margen del Río Dulce. Atentos en ese punto porque nosotros nos lo saltamos y de golpe solo veíamos las balizas verdes (pertenecientes a la Ruta del Quijote), por suerte nos dimos tiempo a cuenta para retroceder.

Una vez que estéis abajo, de nuevo metidos en la hoz, continuad por el margen del río (las balizas ya serán naranjas y azules) y llegaréis al puentecito de madera que, al principio, dejamos atrás. Ahora sí que hay que cruzarlo para incorporarnos al camino por donde empezamos la ruta. En los últimos metros tocará subir un poquito hasta el pueblo.

Lo que nosotros tardamos no es representativo, hicimos muchas paradas, entre fotos, conversaciones, picnic en el mirador con charla, chaquetas puestas, chaquetas quitadas. Lo que se dice la típica ruta familiar, y no lo decimos por los peques solamente, sino porque los adultos, cuando nos juntamos, también somos muy cansinos. En total, según la información que nos arrojó el GPS que conectamos al iniciar la ruta, unos 6,5 km en unas 3 horas más o menos.

Un paseo muy agradable, en un día precioso de otoño, ideal para pasar un día en familia, o en pareja, o con amigos.

El Parque Natural del Río Dulce tiene un montón de rutas disponibles y señalizadas para poder realizar, así que es un destino bastante cercano a Madrid que puede proporcionar agradables paseos rodeados de naturaleza.

Si estáis interesados en otros rincones otoñales os recomendamos: 5 lugares para disfrutar del otoño al aire libre.

¿Tienes planes hoy?

Ubicación en Google Maps

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