Realizar una
escapada a la provincia de
Jaén (Andalucía) resultó una excelente idea. Entre los destinos que teníamos planificados visitar en 3 días no podía faltar
Baeza, por supuesto tampoco
Úbeda, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde hace 11 años. Sus numerosos monumentos y el carácter histórico renacentista las convierten en un
atractivo turístico muy interesante y en un punto de gran interés cultural.
En esta entrada nos vamos a referir exclusivamente a Baeza, ciudad que visitamos el mismo día de vuelta a Madrid, con la mala suerte de que llegamos un poco justos de horario y nos quedamos en la mismísima puerta de su catedral. No sirvió de nada pestañear lentamente, ni poner morritos a los que controlaban la entrada ya que, 15 minutos antes de echar el cierre, no nos dejaron entrar... (Esta la guardamos en el corazoncito, si es que por casualidad algún día nos leyerais los responsables...).
Por la trascendencia histórica de este lugar, Baeza merece una visita más larga de lo que nosotros pudimos dedicarle. En Úbeda sí estuvimos bastante más tiempo, pero Baeza quedó para el final de la escapada y nos tuvimos que conformar con un ratito bastante escaso. A pesar de ello, nos gustó muchísimo. Es por esto por lo que, aunque nuestro recorrido estuviera incompleto, consideramos que es un lugar más que recomendable para visitar.
La importancia de Baeza ya estaba patente con la dominación musulmana, entonces se llamaba Bayyasa, y era una de las ciudades más importantes de la zona, contando con murallas, mezquitas, etc... En época de la Reconquista, mientras los musulmanes ocupaban Al-ANdalus, Baeza pasaba de unas manos a otras, hasta llegar a la conquista definitiva de manos de Fernando III el Santo. Así, fue Baeza la primera ciudad andaluza en ser conquistada definitivamente y la que jugó un papel trascendental en la reconquista del resto del antiguo Al-Andalus..
Ésta condición le dio privilegios a la ciudad, el propio rey se encargó de llevar a cabo la repoblación, trayendo parte de los nuevos habitantes desde Cuenca, y la dotó de una riqueza monumental importante. En el s.XIII se estableció la sede episcopal allí, con lo que se incrementó la presencia religiosa en la ciudad.
Toda esta evolución llevó consigo la llegada de familias nobles, que en algún momento tuvieron amplias disputas, e Isabel de Castilla tuvo que intermediar en el conflicto. Tal situación ocasionó la destrucción del antiguo Alcázar para evitar las desavenencias (no se andaban con chiquitas).
Fuera de estos temas, el esplendor de Baeza se hacía notar. En el s.XVI es un momento en el que muchos nobles vuelven de la Reconquista a construirse sus viviendas, momentos álgidos en una ciudad que se llena de casonas e iglesias y que vió nacer la Universidad en su territorio (calle Beato Avila).
Universidad que se mantuvo en funcionamiento hasta el s.XIX y que ha acabado como instituto de Bachillerato. Cuenta con el ilustre honor de haber tenido a Antonio Machado como profesor.
Cuando empiezas a pasear por las calles de Baeza te puedes sumergir fácilmente en la historia y esplendor que hemos narrado. Luego en el s XVIII, entre el terremoto de Lisboa, que repercutió a la zona, la época de hambre generalizada en el país y la invasión napoleónica, se puede decir que Baeza no vivió sus mejores momentos…
Aparcamos el vehículo en el Paseo de la Constitución, el mismo lugar que se construyó para albergar un mercado en el s.XVI. Hoy es una amplia plaza abierta a la circulación, con una parte central acondicionada para el disfrute, con bastante vida, terrazas y soportales donde se encontraban casas gremiales y, en el centro, la Fuente de la Estrella construida por la revolución de la Gloriosa.
Desde allí llegamos a la plaza del Pópulo en menos de un minuto, desde la que nosotros comenzamos nuestro recorrido, ya nos pareció un lugar especial.
Esta plaza la conforman los juzgados (antigua carnicería) y la Oficina de Turismo (Edificio del Pópulo o antigua Escribanía Pública o Audiencia Civil). Ambos son edificios que no pasan indiferentes y cada uno tiene su historia.
El primero no se encontraba exactamente en la ubicación actual, se encontraba a no más de 100 metros, y en su momento se decidió trasladarlo a la plaza para así configurar ésta, piedra a piedra...
Se encontraron con un pequeño inconveniente y es que el espacio al que lo llevaban era más pequeño que del que venía, así que los laterales se tuvieron que doblar para adaptarlo. Tuvo diferentes funciones a lo largo de su historia, por supuesto, carnicería, pero también Archivo o secadero de pieles.
El segundo fue construído tirando parte de la muralla árabe que rodeaba la ciudad y es de estilo plateresco. Dice la leyenda que tenía en uno de sus balcones a una virgen que los soldados iban a visitar antes de salir a batallar.
La plaza la conforma, además, el Arco de Villalar y la Puerta de Jaén. El arco se construyó en el s.XVI, con el que se conmemoraba la victoria de Carlos I ante los comuneros. La Puerta de Jaén era reconstruida en el mismo siglo. No podemos olvidar la Fuente de los Leones, que dicen que proviene de la ciudad romana de Cástulo.
Al callejear por el casco urbano de Baeza sorprende lo pequeño que es y la importancia de sus edificios.
Como comentábamos al comienzo, nos quedamos sin poder entrar en el interior de la catedral. A nosotros, particularmente, son edificios que nos llaman mucho la atención. Detrás de ellos, más que profundas anécdotas religiosas, suele haber grandes obras de arte y mucha historia política. El caso es que, por un problema de horario, no pudimos entrar. Nos conformamos con divisarla desde fuera.
Así, en la Plaza de Santa María nos encontramos un amplio espacio en el centro del casco histórico, conformado por diferentes edificios monumentales que nos atrapan. Mires hacia el lado que mires, te encuentras preso desde las Casas Consistoriales (ayuntamiento), la fachada del Seminario, la Catedral o la fuente que tiene el mismo nombre que la plaza y parece una escultura de Arco de Triunfo hecho a escala, la Fuente de Santa María. Es del s.XVI y con ella se conmemora la llegada del agua a la ciudad.
La ubicación dónde se encuentra la Catedral de Baeza parece que fue elegida por muchos para establecer su templo religioso, de hecho, ésta construcción se levantó sobre una antigua mezquita y, durante sucesivos siglos, se le han ido añadiendo y reconstruyendo elementos.
Antes de llegar a la infotografiable plaza de la que os hablamos (perspectivas imposibles, no hay más que ver la foto que está encima de este texto) pasamos por delante de un edificio singular, el Palacio de Jabalquinto, donde actualmente se encuentra la sede de la Universidad de Antonio Machado, pero cuyos orígenes del s.XV están en un palacio privado, de un primo del rey Católico que a lo largo del tiempo fue pasando de mano en mano hasta acabar con la funcionalidad que os comentamos. Su arquitectura de estilo gótico isabelino (Juan Guas) es la responsable de que en los años 30 pasase a ser considerado monumento histórico artístico.
Resulta curioso como frente a este edificio de arquitectura tan particular y ornamentada se encuentra la sobria Iglesia de Santa Cruz, mucho más anciana, de un románico tardío del s.XIII, estilo poco habitual en el sur de España, lo cual dota al templo de mayor singularidad.
La arquitectura que conforma Baeza le da un aire tan especial, el carácter monumental es vecino de calles como la Cuesta de San Gil, con todas sus casas enrejadas, de fachadas blancas y con el suelo empedrado.
Dos Baezas en el mismo casco, la de los monumentales palacetes y edificios de piedra ocre, con la de las fachadas encaladas y enrejadas que forman un conjunto realmente atractivo.
Baeza, por todo lo que os hemos contado y probablemente por todo lo que no, es un destino que merece mucho la pena. Además en sus alrededores tenéis otras visitas de gran interés aparte de
Úbeda. De hecho, tenéis la Sierra, con bonitos pueblos como
Cazorla, o entornos naturales como la
Ruta por el Río Borosa o la
Cerrada de Utrero, una combinación perfecta de cultura y naturaleza para un fin de semana cualquiera…