Luarca y el pirata enamorado. Como un cuento suena el comienzo de esta entrada, así es la leyenda que envuelve este pintoresco pueblo asturiano, enclavado en la zona occidental del Principado de Asturias. Esa zona, donde la Costa Verde se perfila con playas semi salvajes y acantilados vertiginosos.
Luarca es blanco. Las fachadas contrastan con los colores que rodean la villa. Luarca es un puerto salpicado de barcos que forman enredos imposibles con sus mástiles, y que parece una paleta multicolor sobre sus aguas quietas. Huele a mar y rezuma ambiente pescador por cada esquina.
El conjunto arquitectónico de este lugar se divisa como una postal desde su cementerio, convertido además en excelente mirador. Un cementerio del que se dice que es uno de los más bonitos y románticos de España. Parece enmoquetado. Su suelo verde intenso y sus panteones y lápidas blancas miran al mar. Los recuerdos de uno de sus vecinos más ilustres descansan allí, Severo Ochoa, hijo de Luarca.
Allí mismo, en lo alto encontrareis la Ermita de la Atalaya.
Luarca no es grande, pero tiene un encanto especial, protegido por sus diques, con sus calles estrechas, rodeado por el verde de los campos que la rodean.
Así ven nuestros ojos Luarca y, como se puede percibir, es un lugar que nos gusta mucho.
Por eso, si vais a viajar próximamente a Asturias, os recomendamos que hagáis una visita a este bonito pueblo pescador. Estamos seguros de que os gustará.
Os recomendamos, tal y como os decíamos, que os acerquéis para tener un primer contacto con el lugar al cementerio. Aunque, a priori, los cementerios no suelen ser un lugar turístico, en esta ocasión, merece una parada, desde allí las vistas son preciosas, y el lugar muy pintoresco.
Luego, siguiendo la carretera podéis bajar hasta el puerto, allí mismo hay un aparcamiento y, desde ese instante, deleitaros con un paseo.
En la Historia de Luarca la pesca siempre ha sido protagonista y hoy, como observaréis por la cantidad de embarcaciones que se pueden divisar, lo sigue siendo.
La localidad tiene mucha oferta de restauración en dónde os pueden ofrecer pescados y mariscos.
El río Negro atraviesa este encantador pueblo desembocando en el mar. Sobre él diferentes puentes comunican ambas riberas. El puente nuevo y el puente del beso.
Romántico nombre para este segundo y directamente vinculado con esa leyenda a la que nos referíamos al principio, el pirata enamorado, que además da nombre a uno de los barrios de este lugar, Cambaral. Como en toda leyenda existen versiones muy variadas que cambian detalles de la historia, nosotros os transmitimos la más generalizada, aparentemente.
Para visualizar esta historia de piratas hay que remontarse a la Edad Media, cuando los mares se encontraban invadidos por piratas que acechaban a sus víctimas. En esas fechas, y por la zona, destacaba Cambaral, un pirata que robaba y vencía a todo aquel con el que se encontraba. Desde Luarca, un caballero preparó un plan para tenderle una emboscada. Éste consistía en salir con las barcas al mar fingiendo estar en una jornada de pesca. De esta manera el pirata se confiaría y les atacaría, pero realmente estarían muchos esperándole para vencerle.
Así fue como pasó todo, Cambaral cayó en la trampa y tras una lucha ardua, salvaje y complicada fue tomado preso. Quedando malherido, el caballero lo llevó a su palacio y su hija se ofreció a curarle las heridas.
Y he aquí cuando nace el amor en esta leyenda de piratas, cuando ambos se conocen en estos momento terapéuticos, se enamoran, y el pirata una vez recuperado planea la huida con la muchacha.
Así, una noche, se citan en uno de los puentes para partir, pero son descubiertos por el caballero. Viendo su futuro incierto, se miran, se abrazan y se besan con intensidad. Ésto, a los ojos del padre resulta insoportable y, mientras se besan, les corta a ambos la cabeza y sus cuerpos caen al mar… Y de esta leyenda parece que viene el nombre del puente y del barrio.
En Luarca, además, del barrio de pescadores, se encuentra lo que podría llamarse el ensanche. En Asturias, en diferentes localidades, se pueden encontrar importantes construcciones indianas que nacieron como consecuencia de los capitales que trajeron emigrantes que volvían a su localidad natal después de hacer las Américas. Una de las construcciones, que sería el máximo exponente de esto que os comentamos, es la Villa Excelsior, ostentosa, enorme, de principios del s. XX y en ruinas.
Son fácilmente identificables, la estructura arquitectónica, las palmeras en los jardines. La zona que rodea al ayuntamiento y al casino tiene esta tendencia.
Luarca por supuesto tiene ese entorno mágico que caracteriza a la zona occidental de Asturias. Está rodeada de cabos en los dejarse hipnotizar por sus sonidos y vista, como Cabo Bustos, o el magnético Cabo Vidio. Y entre ellos las playas ocultas y solitarias, como la playa del silencio...
En su entorno, además, está el pequeño Puerto de Vega y, a unos kilómetros más, el pintoresco pueblo de Cudillero que a todos tanto gusta.
En definitiva, Asturias siempre acoge, con su gente, su gastronomía, y unos rincones en los que uno siempre se siente cómodo y rodeado de belleza. ¿Te animas a acercarte a Luarca?