Pedraza: mucho más que velas

Ha llegado el mes de diciembre. Por momentos, nos parece que ayer era verano y, sin darnos cuenta, está la Navidad aporreando nuestras puertas con una intensidad que, hasta a los que somos reticentes a abrirlas tan temprano, se nos cuela por alguna esquina. (Editada la información en 2016 con respecto a la Noche de las Velas en julio)

Esta entrada la teníamos reservada para finales de junio el próximo año 2014 pero, la actualidad nos ha obligado a adelantarnos seis meses para compartirla con vosotros. La Lotería de Navidad es de los primeros anuncios que abren la temporada televisiva navideña y, este año ¡Oh, sorpresa! el lugar de rodaje nos era muy familiar.

Hay que reconocer que, si bien se ha escogido un escenario maravilloso como es Pedraza, el anuncio desprende un halo inquietante que, más que acercarte al calor de la Navidad, te hace sentir un escalofrío que sube del coxis a la nuca y te deja los pelos como escarpias.

Para compensar esta perturbadora sensación, tenemos Pedraza, escenario medieval, muy popular en las noches de los dos primeros fines de semana de julio por quedar iluminado exclusivamente por montones de velas, en la conocida Noche de las Velas. El pueblo derrocha encanto en cada una de sus esquinas.

Pedraza es un pueblo pintoresco de la provincia de Segovia bastante conocido. A mediados de los años 50, fue declarado Conjunto Histórico Artístico tras sufrir una cuidada rehabilitación. Su apariencia típica del medievo se encuentra en cada rincón, el castillo, las calles empedradas, las viviendas, su llamativa plaza mayor soportalada, son elementos que ayudan a convertirlo en un perfecto decorado que te transporta a otra época. 

Comenzaremos haciendo una parada en el castillo. Justo en frente del mismo es dónde se habilita el aparcamiento de la localidad para los visitantes, ya que en el interior de la villa no se puede estacionar. El origen de la fortaleza data del s.XIII, aunque posteriormente fue rehabilitada en diferentes ocasiones, la primera en el s XVI. La llegada de los franceses la dejaron devastada y, actualmente, este monumento es propiedad de la familia del pintor Ignacio de Zuloaga (personaje que fue durante un tiempo la cara del billete de 500 pesetas, sí pesetas, qué mayores somos) que fue adquirido en los años 20 por el mismo, procediendo a una nueva restauración. Desde sus alrededores las vistas son estupendas.

Otro de los edificios clásicos de Pedraza es la cárcel, situada junto a la única puerta de entrada amurallada. Inicialmente se utilizó como torre de vigilancia. Su origen se sitúa en torno al s. XVI. Alrededor de ésta circulan un montón de historias vinculadas a la crueldad con que se trataba a los presos en la misma. En su visita, uno puede hacerse ligeramente a la idea de cómo podría haber sido la vida tras esas oscuras paredes, las letrinas y sus mazmorras... 

Pedraza palpita en su corazón: su preciosa plaza mayor. Asimétrica y despejada, con escudos y fachadas atractivas. Fachadas que pertenecían a las viviendas nobles y privilegiadas en las que desde sus balconadas se podían observar tradicionales festejos taurinos, y que aún se mantienen en sus fiestas patronales de septiembre.

 En la plaza también se encuentra su iglesia de San Juan y, por supuesto, variadas opciones de restauración que, junto con otras que se reparten por el municipio, resultan atractivas para todos aquellos que quieran disfrutar de la gastronomía de la zona, donde destaca sin lugar a dudas el cordero asado y la cocina castellana.

Ahora, vamos a acercarnos a la Noche de las Velas en Pedraza, para eso, tenemos que llevar el calendario al verano que hemos dejado atrás, concretamente, los dos primeros sábados del mes de julio. En 2016 días 2 y 9 de julio, año en el que se celebra su XXV Aniversario

En esas fechas, la localidad se ilumina entera con velas, creando un ambiente único. Esta villa, que apenas cuenta con 500 habitantes, se entrega en decorar el municipio, colaborando con la promotora de este evento, la Fundación de la Villa de Pedraza. 

Y no solo ellos, los visitantes también participan en el encendido de las velas, de manera que, a las 10 de la noche, la ciudad queda iluminada solo por éstas. Por supuesto, ante una experiencia tan particular en un pueblo tan bonito, las multitudes están aseguradas. Las calles quedan repletas de gente y el aparcamiento se traslada a un par de kilómetros de la localidad. Recomendamos que, si os animáis a ir el próximo verano lo hagáis con suficiente antelación a la caída de la luz.

Así que, la iluminación que se puede observar en el spot publicitario de la Lotería de la Navidad, debido al lugar en el que se ha grabado, no tiene el único sentido navideño, sino que se basa en la tradicional noche de las velas que se celebra desde hace unos veinte años en Pedraza. 

Estas noches aumentan su magia cuando la música se convierte en otra de las protagonistas. La plaza Mayor

se transforma temporalmente en un auditorio al aire libre en el que se producen maravillosos y cotizados conciertos de música clásica .Mientras éstos suceden, la plaza es cerrada al público que no tiene entrada. Ya no es la Plaza Mayor la que hace de auditorio, sino que los conciertos se celebran en la explanada del Castillo de Zuloaga, otro rincón del pueblo magnífico para disfrutar. , eso sí, al pasear por la localidad “envelada” se puede disfrutar de un hilo musical que nace en pequeños altavoces que reproducen lo que está ocurriendo en el interior de la Plaza Mayor, alrededor del castillo, convirtiendo el paseo en una experiencia bucólica (a veces rota por el exceso de visitantes, hay que reconocerlo).

Si no conocéis Pedraza, no lo dejéis para la Noche de las Velas, acercaros antes en otra ocasión, porque si bien es un espectáculo muy bonito, debido a la multitud y la oscuridad se pierde la otra cara del municipio que parece haberse quedado atrapado en otra etapa de la Historia.

Pedraza está dentro de esos pueblos que destacan por su encanto particular. El esfuerzo de sus habitantes por acercarlo al turismo queda patente en su famosa y especial Noche de las Velas. No extraña que haya sido elegido en numerosas ocasiones como escenario cinematográfico o publicitario. Un lugar que merece la pena visitar.

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