Aínsa, en la provincia de Huesca, es uno de esos municipios que aparecen en las listas de pueblos con más encanto de España. Allá donde busques estos listados, casi siempre aparece. Y eso que los rankings siempre dejan fuera lugares que unos y otros consideraríamos que deberían figurar, pero a pesar de ello, siempre hay algunos sitios que parecen universales para la mayoría y éste es uno de ellos. No en vano, este municipio es considerado Conjunto Histórico-Artístico desde mediados de los años 60 y para nosotros un justo merecedor de un puesto en el listado.
En el mes de agosto, muchos tendréis ya las vacaciones organizadas, otros disfrutadas y otros tantos a puntito de disfrutar. Y estamos seguros que entre todos, bastantes habréis elegido los Pirineos Aragoneses para hacer una escapadita. Un lugar maravilloso para llenarse la vista de naturaleza y desconectar de la vida diaria.
Por eso, hoy queremos recomendaros que en vuestro itinerario no olvidéis hacer una parada en esta bonita villa medieval llena de encanto e Historia.
La parte de la Historia más popular y transmitida acerca de los orígenes de Aínsa navega entre la leyenda y la realidad. Si algunos vais a visitar este municipio en el mes de septiembre disfrutareis de sus fiestas patronales, pero si además lo hacéis a principios de septiembre en un año par (imprescindible año par), os encontrareis con su fiesta, declarada de Interés Nacional, denominada la Morisma, que es una representación de lo que la Historia–leyenda dice al respecto de Aínsa. Se dice que en época de la Reconquista, la gente se escondía por las montañas huyendo de la dominación musulmana. Garcí Ximénez se puso al mando de todas estas personas para organizarlos y formar un ejército para intentar vencerlos, así llegaron hasta Aínsa, y ahí aparece la parte de la Historia más fantástica, que dice que una cruz luminosa (por fuego o no…), se apareció sobre una especie de encina pequeña y fue el símbolo que les ayudó a ello.
El castillo de Aínsa, declarado bien de Interés Cultural ha tenido un papel de fortaleza militar y defensiva y no de residencia real. No podemos olvidar que la ubicación de esta comarca frente a Francia era trascendental. La primera parte de su construcción data del s. XI, pero a lo largo del tiempo ha ido sufriendo ampliaciones y reconstrucciones, hasta el s. XVII. Hoy en día se encuentra el Eco museo y el centro de visitantes, sito en él, dónde os podrán ampliar información acerca de todo lo relacionado con Aínsa, sus monumentos y la comarca del Sobrarbe. Todo el recinto que ocupa este monumento ocupa una superficie casi tan amplia como el casco antiguo de la localidad.
Parte de las murallas de Aínsa aún abrazan el municipio, quedando algunas de sus puertas en pie. Todo ello contribuye a que el carácter medieval no se escape por ningún rincón.
Su Plaza Mayor es muy llamativa, durante mucho tiempo centro de intercambios y mercado, sus dimensiones resultan impresionantes si las relacionamos con el tamaño del municipio. Además sus portales están configurados a través de arcos de medio punto consecutivos que le dan un aspecto aun más especial.
En el perfil del pueblo, destaca en altura la torre románica de la iglesia y colegiata, cuyo origen se sitúa en el s. XI, y que fue finalizada en el s. XII.
Y todas estas cosas unidas forman un conjunto arquitectónico armonioso que hacen de Aínsa ese pueblo lleno de encanto que puede explicar el porqué aparece en tantas y tantas listas que lo convierten en uno de los imprescindibles nacionales.
Hasta el momento os habíamos enseñado algunos lugares que para nosotros merecen mucho la pena en la provincia de Huesca, como la Ruta de la Pradera de Ordesa a la Cola de Caballo, o el Cañón del Añisclo, que se encuentra a pocos kilómetros de aquí. Aún tenemos unos cuantos pendientes por publicar, pero no queríamos retrasar más esta preciosa localidad medieval que te incita a pasear y a la que sin dudarlo os recomendamos que dediquéis una parada.
