Si pensamos en Madrid, entre
tantos y tantos lugares hay uno que no puede faltar, la Gran Vía de Madrid.
Resulta totalmente embaucador un paseo a lo largo de ella.
Hoy nos vamos a acercar hasta allí, en concreto, a la altura donde confluye la Gran Vía con la Calle de Fuencarral
(de la que hablaremos próximamente) y que, hoy por hoy, es una zona comercial por
excelencia. En ese punto se encuentra el que fue el primer rascacielos de toda
Europa y protagonista de nuestra entrada de hoy. El edificio Telefónica. (Actualmente el 16 edificio más alto de la ciudad)
En los años veinte comienza su
construcción, se trata de un edificio de 89 metros dividido en 15 plantas, a pesar de que por aquellas fechas
no estaba permitido construir en la zona por encima de los 35. Pero el
argumento que permitió que esto se pudiera llevar a cabo estaba basado en “el
interés monumental y financiero que reportaría directamente al Estado”. El lema
en el que se basa su construcción es “que sea un edificio halagador para el
posible comprador de acciones” (lo que se traduce internacionalmente en "business
are bussines").
En aquellas fechas se trataba de
una construcción totalmente innovadora, para ello su arquitecto (Ignacio
Cárdenas) viajó a Nueva York cuna de los altos rascacielos y se trajo información. Durante tres años, que duró la construcción, se emplean grúas,
piedra (granito) acero y hormigón hasta dar a luz la nueva construcción.
El primer acto público que se
celebra en su interior, previo a la inauguración, es una comunicación entre
Alfonso XIII y Calvin Cooledge, entonces, presidente de los Estados Unidos.
Con la llegada de la Guerra
Civil, el edificio se convierte en un objetivo deseado. Su ubicación permite,
desde la azotea, una función de observación estratégica y, por otro lado, en su
interior se desarrollaba un centro de comunicaciones. Durante todo el periodo
fue victima de innumerables disparos que, en ninguna ocasión, causaron daños en
su estructura. Su arquitecto acudía habitualmente para enmendar cada herida
bélica.
En los años 50, el edificio fue
ampliado y, en los años 90, se produjo una nueva remodelación. En el año 2012, se produce la reapertura al
público del edificio en las 4 primeras plantas.
El Espacio Telefónica, de manos
de la Fundación Telefónica, comparte el interior de este histórico edificio con
todos los públicos. Un espacio vanguardista (dividido en 4 plantas diáfanas) dedicado
a la vertiente cultural y de comunicaciones. 6.000 metros cuadrados íntegros
dedicados a su tienda, exposiciones, charlas…
De lunes a domingo es visitable de forma gratuita de 10:00 de la mañana a las 20:00 horas. En nuestra visita encontramos una exposición dedicada a la colección de Telefónica del Cubismo y Juan Gris. Una exposición fotográfica de Virxilio Vieitez, que nos ha gustado bastante.
Luego en la primera planta encontrareis un museo de comunicaciones en el que en un rápido vistazo, y de forma muy gráfica, te empapas de la evolución de éstas en pocos años.Por supuesto, aparte de su importancia histórica y el valor cultural de su contenido, el edificio destaca por su diseño interior. Una escalera laberíntica que te enreda en diferentes perspectivas y el minimalismo de sus salas diáfanas de vigas de acero. Si te gusta la fotografía, ese día no te dejes la cámara en casa, estamos seguros que esa escalera no te dejará escapar fácilmente.
El ascensor de cristal deja ver una pared de ladrillo visto que se ha querido mostrar como símbolo de los orígenes.
Madrid es una ciudad a ratos caótica, a ratos ruidosa, a ratos tranquila y a ratos silenciosa. Tienes espacios para todos y para todo. Hace poco os hablábamos del Matadero deMadrid, otro lugar reinventado para la expresión cultural y artística.
En la Gran Vía, dónde se dice que la noche nunca duerme, durante el día podéis encontrar un espacio cultural accesible para todos los públicos que, además de acercaros a un mítico edificio que ha hecho Historia, es perfecto para amantes de la cultura y el vanguardismo, para aquellos con ganas de conocer más de los rincones que en Madrid parecen escondidos y, en este caso, se encuentra en la calle que casi todos los que hemos pasado por ella no hemos podido resistirnos al encanto de fotografiarla.
En la Gran Vía, dónde se dice que la noche nunca duerme, durante el día podéis encontrar un espacio cultural accesible para todos los públicos que, además de acercaros a un mítico edificio que ha hecho Historia, es perfecto para amantes de la cultura y el vanguardismo, para aquellos con ganas de conocer más de los rincones que en Madrid parecen escondidos y, en este caso, se encuentra en la calle que casi todos los que hemos pasado por ella no hemos podido resistirnos al encanto de fotografiarla.
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