La llegada del
invierno está a la vuelta de la esquina… El frío muchas veces se convierte en un enemigo para pensar en cómo disfrutar del tiempo de ocio. Pero hay una cosa que tiene estupenda, y es que esa sensación térmica se puede combatir con ropa y, una vez bien abrigados, los paseos son más ligeros y las imágenes de los paisajes de ensueño.
Hoy nos trasladamos al
Parque Natural de Peñalara. Vamos a realizar un paseo que nos va a ofrecer unas imágenes preciosas. En este caso, la ruta ha sido realizada en época invernal pero, en función del momento escogido para hacerla, ofrece paisajes y sensaciones muy diferentes, aunque a nosotros la que más nos atrae es la de invierno.
El Parque Natural de
Peñalara, se encuentra en la Sierra de Guadarrama y accederemos desde el término municipal de
Rascafría. En sus 768 hectáreas, se pueden encontrar innumerables elementos naturales de interés, flora y fauna. Nosotros hoy nos vamos a centrar en una pequeña ruta que une Cotos con la
Laguna Grande de origen glacial de Peñalara.
Esta pequeña ruta es bastante conocida, está al alcance de prácticamente todos los públicos, es corta y no tiene apenas desnivel. A pesar de ello es importante saber que, mientras que en verano los riesgos disminuyen exponencialmente, en invierno hay que ser responsable y, antes de animarse a hacerla, informarse en la caseta que encontrareis al inicio de la ruta del estado de la misma. La zona de Peñalara ha sido testigo de numerosos accidentes en las épocas invernales, muchas veces debido a la imprudencia; se forman con facilidad capas de hielo y en algunos momentos es imprescindible el uso de crampones. Hay que tener en cuenta que es una zona de alta montaña y por tanto hay que ir preparado para posibles inclemencias. De todas maneras, como os comentamos, en la caseta de información que hay en Cotos, y desde donde se comienza esta pequeña ruta, os informaran del estado de la misma, y en el peor de los casos, que es que no se pudiera realizar por falta de equipación o climatología adversa, siempre podéis quedaros abajo, disfrutando de la nieve y la diversión…
Una vez dicho esto, comenzamos con el paseo. Si tenéis intención de hacer esta excursión en época invernal os recomendamos que vayáis temprano. El aparcamiento de Cotos no es muy grande y está codiciado, a partir de las 10 de la mañana puede ser complicado encontrar aparcamiento y, entonces, os pasará como a nosotros, que acabareis aparcando en la estación de Valdesquí, a 2 km de Cotos, lo cual añadirá un paseíto al inicio de la ruta. Para aquellos que quieran ir en transporte público, aparte de autobuses interurbanos, también podéis llegar en tren de Cercanías, para ello hay que coger el que lleva a
Cercedilla, bajarse allí, y desde este lugar sale el tren que lleva a Cotos.
Una vez en Cotos, debéis seguir el camino que dirige a la caseta que os comentábamos, desde allí, la ruta está indicada y lo único que tendréis que hacer es seguir el camino. Un pasaje que comienza por una senda ancha y asfaltada con ligera pendiente que os llevará directos al primer mirador. El mirador de la Gitana, que se caracteriza por la brújula de granito y hierro que lo preside. Desde allí la panorámica de la cordillera de la Cuerda larga se presenta ante nosotros.
Si miráis las inscripciones que hay en la “brújula”, colocando la flecha en la dirección deseada se encuentra la descripción del pico al que se refiere, La Bola del Mundo, Cabeza del Hierro Mayor, etc.
Desde ese punto, se realiza un giro y se continua subiendo hasta llegar a una especie de cobertizo, con multitud de carteles informativos. En este punto, la ruta continua por la derecha , donde nacen unos escalones y abandonando la senda asfaltada y adentrándonos entre pinares, es el primer cambio del paisaje del camino.
Hasta este punto no os hemos comentado que desde Cotos hasta la Laguna Grande de Peñalara hay aproximadamente unos dos kilómetro y pico, y un desnivel de 200 metros. El tiempo estimado no nos gusta ponerlo, porque aparte de qué depende mucho de las condiciones climatológicas, también lo hace de cada persona, su compañía, sus gustos… ya sabéis, cada uno más o menos sabe a lo que le sale el kilómetro… Al salir de los pinares la vista se convierte en un espectáculo, el valle del Lozoya queda a nuestros pies, y si el día está despejado la vista se puede perder en el infinito por la sierra de Madrid. Es tremendamente gratificante caminar por allí.
En nuestro paseo cada vez estaremos más cerca del circo de Peñalara, antes de adentrarnos en él, a la derecha dejaremos un desvío que lleva a otra laguna del parque, la Laguna de Los Pájaros. Desde este punto se divisa una especie de choza donde confluye el agua de varios arroyos formando una mini presa.
A partir de aquí, encontraremos unos tablones de madera, que el día de nuestra visita era casi inapreciables por la nieve, comenzaremos a ascender con un poquito más de pendiente hasta encontrar lo que aquel día era la “Laguna Grande y helada de Peñalara”.
Impresionante sensación, ahí estaba, rodeada de los Cerros de las Dos Hermanas y el pico de Peñalara donde, aunque casi sea inapreciable en las imágenes, se encontraban ascendiendo un grupo de alpinistas. El Pico de Peñalara es el más alto de toda la Sierra de Guadarrama con 2.428 metros de altitud.
La Laguna Grande de Peñalara se encuentra cercada por una cuerda para protegerla de la degradación a la que se había visto sometida por las continuas visitas recibidas. Es por ello que es importante que respetemos las indicaciones, que no traspasemos los límites establecidos, y que en nuestra visita intentemos proteger el medio ambiente todo lo que podamos. Se recomienda no salir del camino marcado, y, por supuesto, que en nuestra incursión no dejemos ningún desperdicio en el camino.
Una vez en la Laguna el tiempo puede pararse o avanzar rápido, da igual, deja de tener importancia. Al mirar alrededor, parece increíble pensar que apenas unas poquitas horas antes salias de tu casa, enclavada en la ciudad y que de golpe te encuentres en un lugar como ese.
El objetivo de la cámara te resulta insuficiente (Queridos Reyes Magos, este año hemos sido buenos, y por eso os pedimos un ultra gran angular) para captar la inmensidad del lugar, y los pulmones se te quedan pequeños para la cantidad de aire puro que respiras. Todo está blanco, pero no tienes frío… de hecho te preguntas, ¿Por qué no hago esto más a menudo? ¿Quién dijo frío? Cuesta irse de allí, quizá te anima el pensar en el camino de vuelta, que te ofrecerá las estampas que acompañaban a tu espalda a la ida y no pudiste observar, y por supuesto, pensar en buscar un lugar protegido donde sentarte y sentir como la sangre circula por todo tu cuerpo con alegría mientras el estómago te sonríe al meterle algo calentito tras una mañana fresca llena de imágenes que no solo las fotografías te recordaran…
¿Tienes planes hoy?