Hoy vamos a pasear, y el paseo que ofrecemos se convierte en un capricho para los sentidos, desde la vista y el olfato, hasta el paladar, pasando por el tacto cuando inquietos nuestros dedos juegan, insaciables, con el disparador de la cámara. Tras semanas de montaña y parajes naturales, el blog pide un poquito de esencia marina…
No vamos a descubrir ningún lugar oculto, de hecho, Cudillero, pueblo de pescadores enclavado en el centro occidental del Principado de Asturias, es uno de los pueblos más populares de la Comunidad Autónoma. No es difícil entender el motivo, ni siquiera hace falta remontarse a leyendas ni pasajes de la Historia, solamente hay que acercarse allí y pasearlo, observarlo desde sus miradores naturales que se esconden entre sus casas colgantes que parecen nacer de sus montañas abruptas, formando una especie de anfiteatro, ver los colores de las fachadas, escuchar el romper de las olas en su puerto, observar el balanceo sutil de sus barquitas aparcadas, inspirar el aroma salino a mar entremezclado con los platos cocinados que se sirven en las terrazas…
Cudillero, creíamos que era un lugar familiar para nosotros, hace unos años pasamos unas vacaciones de verano alojados allí, en un pequeño pero acogedor alojamiento rural. Llevábamos desde entonces sin pasar por la zona y teníamos muchísimas ganas de volver. Ocho años después, fuera de temporada, nos presentamos allí, conociendo un nuevo Cudillero, tan bonito como recordábamos, pero que nos abría nuevos caminos y nuevas imágenes.
En otoño, un día de diario, el sol entraba mucho más mimoso, pintando las fachadas más que deslumbrándolas, y el ambiente era más tranquilo pero muy agradable. Nos resultó totalmente sorprendente encontrar tanta gente en la zona. Los privilegios no paraban ahí y hacia un día precioso que nos regaló la oportunidad de poder comer, a pesar de ser el mes de noviembre, en una de las terrazas.
Además, no podemos referirnos a esta zona sin mencionar a sus gentes. No es un tópico, en todas partes siempre hay de todo, eso ya lo sabemos, pero sí suelen existir rasgos generales que más o menos pueden identificar a determinados grupos de población, y en Asturias tratan muy bien a la gente que vamos de fuera, son amables, dulces y atentos, y esto suele ser algo que cuando se está fuera de tu lugar se agradece mucho, haciendo que se recuerden los lugares aún con más cariño.
Existe una torre que se puede divisar desde arriba (siguiendo indicaciones hacia el cementerio). Esa torre con escalera de caracol es un excelente mirador para obtener una vista global del municipio, se accede a ella desde el cementerio bajando una calle con una pendiente pronunciada.
En Cudillero, en la zona del Pito, a 2km de la villa, se encuentra el Palacio de Selgas (llamado el Versalles Asturiano) del s XIX, con unos bonitos jardines y una colección de obras de arte en su haber.
Por supuesto, si algo convierte a Cudillero en especial, aparte de todo lo mencionado es su entorno, en los alrededores del concejo se pueden observar paisajes maravillosos. Playas rodeadas de arboles y con montañas cercándolas, acantilados abruptos con atardeceres para no olvidar. Como ejemplos representativos os dejamos un par de imágenes de sus alrededores, a tan solo 11 km, en la localidad de Oviñana se encuentra el Cabo Vidio, con acantilados de 100 metros que perfilan un mar infinito, y dónde podemos pasarnos largos ratos tan solo disfrutando de las vistas… es uno de nuestros lugares favoritos, donde, por cierto se pueden divisar preciosas puestas de sol.
Por otro lado, una veintena de playas se encuentran en los alrededores de Cudillero, en general con un aire salvaje, que las dota de un encanto especial, la Playa del Silencio o, por ejemplo, esta de piedra que nos gusta muchísimo, la Playa de la Concha de Artedo.
Además, a unos 36 km de Cudillero, tenéis otro lugar con muchísimo encanto para descubrir a través de un agradable paseo: Luarca.
Ahora, solo falta que os acerquéis a Cudillero, este bonito y característico pueblo pesquero. Es muy importante dejarse llevar por todas esas panorámicas diferentes que se pueden obtener, no tener prisa… Es un destino perfecto para aquellos que anhelan desconectar “del mundanal ruido”…
Hay lugares que parece que solo nos los planteamos como posibles destinos turísticos veraniegos… A nosotros nos encanta disfrutar del mar fuera de esa temporada, en estas fechas el agua tiene otras tonalidades, las luces pintan otros paisajes, la bruma aparece, se mezclan elementos como los abrigos y botas con el sabor a sal, la brisa fresca y húmeda… paisajes especialmente nostálgicos, bucólicos, románticos… lejos del bullicio y del calor.
Precioso pueblo!
ResponderEliminarMe gusta mucho la luz y tonalidades de las fotografías...estupendas!
Saludos.
Ramón
La verdad que es un lugar que tiene bastante encanto independientemente de la temporada en la que vayas.
EliminarMuchísimas gracias Ramón.
UN saludo