El otoño marca la época del aniversario de este blog, quizá de forma inconsciente por eso lo abrimos en estas fechas, los paisajes otoñales son especialmente inspiradores…
Nuestra primera parada del blog en noviembre de 2010 fue de la
Sierra del Rincón, la también denominada “sierra pobre” de Madrid. Lugar hasta el que os tendréis que acercar para visitar el paraje del que hoy os vamos a hablar, y que por aquel entonces no fue imposible hacerlo a pesar de las ganas…
De hecho, justo hace un año, en nuestro primer aniversario, se nos escapo de nuevo la oportunidad de visitar el
Hayedo de Montejo, así que para compensar acercamos hasta esta página otro paraíso natural, que era el
Hayedo de la Tejera Negra en la provincia de
Guadalajara.
Hoy nos complace traer por fin, a este humilde blog, el Hayedo de Montejo, destino codiciado en estas fechas por la apariencia naranja, rojiza que arrastra con el Otoño.
Antes de adentrarnos en él, os vamos a intentar dar unas cuantas indicaciones para facilitar su visita, y que esperamos sea de interés para vosotros.
El acceso al Hayedo de Montejo está controlado, existe un aforo limitado y las visitas se realizan guiadas. Por lo tanto para poder acceder al recinto es necesario conseguir previamente unos pases, de carácter gratuito, que estarán fechados con día y hora de la visita.
¿Cómo conseguir las entradas al
Hayedo de Montejo? Existen 3 formas, por
internet, por teléfono y de forma presencial. EL 50% de las entradas se despachan por los dos primeros medios, quedando el otro 50% libre para la gente que se acerque en el mismo día para realizar la visita. Estas últimas entradas se asignan por orden de llegada, pudiendo reservar 5 como máximo por persona. Tanto si se goza con el privilegio de hacer una reserva previa, como si se pretende conseguirlas de forma presencial habrá que acercarse al pueblo de Montejo de la Sierra, a su Centro de Recursos (
ubicación en Google Maps). Desde allí, una vez adquiridas, hay que coger el coche unos 7 km, más o menos, dirección Puerto del Cardoso hasta llegar al acceso al Parque. Importante saber que los lunes el hayedo está cerrado, aunque no su Centro de Recursos desde os podrán informar de otros recorridos de interés por la zona.
A nosotros, reservar por internet durante dos años nos ha sido totalmente imposible, nunca hemos llegado a tiempo, en apenas horas, y este año minutos, no había pases disponibles para noviembre, el mes más espectacular para obtener una estampa otoñal.
Los grupos de visita son de 20 personas, que irán acompañadas por un/a guía que comentará aspectos de la botánica, fauna y geografía del lugar.
En la pagina oficial podéis observar los horarios de cada visita y el tipo de rutas existentes, así como realizar las reservas de forma más detallada.
Existen tres tipos de rutas clasificadas en función de su nivel de dificultad, las tres tienen una duración similar que oscila entre la hora y cuarto y hora y media. La senda del río sería la más sencilla, una senda que va paralela al río y se puede observar el Hayedo desde dentro, su paisaje y vegetación. Como hace poco nos preguntaron acerca de la posibilidad de realizar alguna ruta con carrito de bebé, en este caso nos anticipamos a preguntarlo, y comentar que esta ruta del río sería apta para ello.
La siguiente ruta, en cuanto a dificultad, sería la senda de la ladera, que asciende por un lado de la ladera pudiendo obtener otra panorámica distinta del hayedo. Comparte un tramo con el río y otro por la ladera.
Y la última sería la del Mirador, en esta se asciende por la ladera atravesando mayor diversidad de vegetación diferente y llega hasta un mirador desde el cuál se puede observar una vista aérea del lugar.
En estas fechas se refuerzan los pases al Hayedo, las visitas más abundantes son las que recorren la Senda del Río que salen cada media hora, más o menos (aconsejamos que consultéis en la
página oficial porque varía según temporada). De las sendas media y alta actualmente solo hay una visita diaria.
Nosotros nos preguntábamos cuánto sería necesario madrugar para asegurarnos unos pases al Hayedo en el día (ya que desistimos de los otros medios para conseguirlo). Buscamos y rebuscamos experiencias, pero nada concretaba exactamente si estábamos hablando de colas infinitas o pequeñas y aisladas aglomeraciones. Así que, con el miedo y sobretodo sueño, amanecimos temprano el día 1 de noviembre, con la esperanza de que “daban lluvias”; y ya se sabe que eso ahuyenta mucho al personal…
A las 08:30h estábamos en la puerta del Centro de Recursos, tan solo 4 personas delante de nosotros, fresquito y cuatro gotas…
Fue a partir de las 9 cuando empezaron a llegar bastantes personas, no era algo apabullante, pero teniendo en cuenta que en total podíamos pasar 60 personas en todo el día, rápidamente la gente que había allí eran “demasiados”, según nuestras cuentas.
A las 9:30h, de forma puntual, se abrió el centro y, como las sendas media y alta estaban programadas para la mitad de la mañana, y no teníamos mucha fe en las nubes que nos acechaban sobre las cabezas, decidimos coger el primer pase de las 10 (ya que podíamos elegir) por la Senda del Río, la sencillita... total, hacía solo tres semanas que hicimos un "paseo" de 20 km en
Ordesa.
A las 10:00h, en la caseta de la entrada estábamos las 20 personas, las primeras del día 1 de noviembre, dispuestas a descubrir el
Hayedo de Montejo en pleno otoño… ¡Por fin!
Comenzamos el paseo con una guía estupenda, de estas personas que notas que les gusta su trabajo, que disfrutan con él. Gracias a su compañía no solo no pasaron desapercibidos detalles en los que nunca habríamos fijado la atención, sino que aprendimos el porqué de determinadas cosas, y cómo la naturaleza en numerosos procesos de simbiosis convivía…
Si hay que poner un “pero” egoísta a esta visita es que al ser guiada, pararse a hacer fotos no es lo mismo… también el hecho de no está permitido salirse del camino, por el bien del entorno natural, hace que sientas como se te escapan encuadres tremendamente apetitosos a los que no puedes llegar… Pero como decíamos, es un "pero" egoísta, porque el
Hayedo de Montejo es un paraje perfectamente cuidado y protegido, de lo cuál nos alegramos, y contar con el privilegio de que alguien te ilustre una maravilla.
Durante años era el Chaparral del pueblo, la gente iba a pasear allí. Luego poco a poco se fue haciendo conocido y, como suele ocurrir, eso le llevo a comenzar una degradación.
El Hayedo en su interior no solo es una residencia de hayas, en su extensión, de 250 hectáreas alberga, además robles, acebos, abedules, cerezos, brezos…
Se escucha que es el Hayedo más meridional de Europa, pero no es cierto (está en Sicilia), aún así, es uno de los más meridionales, algo que lo hace tremendamente especial, ya que tienen que existir unas condiciones climatológicas determinadas que se dan en otras latitudes para que las hayas crezcan formando un bosque como este. En la
Sierra del Rincón, el
Hayedo de Montejo nace aprovechando la humedad del río Jarama, que hace frontera con Guadalajara en este punto, que lo recorre y las sombras de las laderas…
La fortuna el pasado día 1 de noviembre nos acompañaba, no solo las nubes parecían haber entrado en un letargo temporal, sino que, dado que eramos un grupo de gente adulta y edad media, la guía nos ofreció la oportunidad de realizar una “senda mixta”, que tenía un poquito de cada una de las anteriores, río, ladera y mirador.
Comentar que la ruta y el paseo se realiza cómodamente de forma distendida, que siendo mixta duró exactamente lo mismo que habría durado si hubiera sido una de las otras, una hora y media. El paisaje fue cambiante a lo largo de todo el recorrido.
A lo largo de la orilla del río observamos hayas enormes, y hayas muy pequeñas… tan pequeñas que así, a ojo, yo les habría echado ¿8 meses?... La ignorancia es atrevida... años… llevaba allí años intentando sobrevivir a la gula de las vacas y otros mamíferos que cuando por allí no hay nadie pasean, apenas era una ramita pequeña con dos hojitas que no levantaba un palmo del suelo… En ese punto al mirar a otros ejemplares que estaban a su lado era cuando podías llegar a ser consciente de que hacia muchos, muchos años que estaban allí.
En la orilla, las setas estaban de fiesta, había un montón de ellas diferentes que sobresalían de la tierra y de la madera húmeda.
En la ascensión por la ladera comenzamos a ver algún cerezo, o tímidos acebos que por lo que nos comentaban, en este otoño “extraño” no están teniendo muchos de sus frutos colorados característicos.
Luego llegamos al mirador desde el cuál se tiene una vista aérea del Hayedo y también una vista de la sierra de Guadalajara que queda al otro lado del río. Una bonita imagen, en la que hace una semana se echaba en falta aún el tono rojizo y anaranjado de las copas. A pesar de ello en el paseo aparecían ejemplares realmente bonitos, como sacados de un cuento.
Y ya, comenzamos el descenso por una senda estrechita pero cómoda a pesar de la pendiente, en la que los líquenes adheridos a las plantas te avisaban de que era un buen momento para llenarse los pulmones de aire. Su presencia era el símbolo de la ausencia de contaminación…
El paseo del
Hayedo de Montejo es una alternativa estupenda para disfrutar de un día de ocio. Enclavado en la
Sierra del Rincón, tras su visita podréis disfrutar de sus pueblos, pasear por sus callejuelas y comer en alguno de sus restaurantes.
En sus alrededores, además existen otros recorridos y sendas que son de interés y, si no llegarais a tiempo de poder conseguir pases para el día, tener por seguro que el viaje no habría sido en balde porque hay cositas que visitar por la zona.
Hace tan solo unos días todavía tenía que estallar la explosión multicolor en el Hayedo de Montejo, nos preguntamos como estará este próximo fin de semana, que el día 9 de noviembre es festivo en Madrid, o bien más adelante. De hecho, dejamos en la recamara una posible vuelta en invierno, o primavera, quizá un día en el que no haya casi gente y algún corzo, jabalí, zorro.. quiera salir a saludarnos…
¡Por cierto, no llovió hasta el mediodía! No hay que dejarse amedentrar por esos días grises y oscuros, esos días hacen que los ocres del otoño, aun tengan más luz…
Si queréis conocer otros lugares que en otoño son de ensueño en
5 lugares para disfrutar del otoño al aire libre os lo contamos.