Majaelrayo
"¿Y el Madrid, qué, otra vez campeón de Europa, no?”…
A muchos os será familiar esta frase de aquel entrañable hombre protagonista de un anuncio de coches de los años 90. Parecía estar escondido en algún recóndito paraje inaccesible del mundo. Hoy os hemos querido acercar a ese espacio, que no era un decorado, sino un pueblo de la provincia de Guadalajara, a unos 70 km de la capital de ésta y que forma parte de un conjunto de villas caracterizadas por lo que se conoce la Arquitectura Negra.
Al ver cualquier imagen, y sobre todo al estar allí, no os será difícil adivinar el porqué del nombre con el que se le ha bautizado.
En un terreno abrupto, vestido por la vegetación que el pasado otoño regalaba contrastes de ensueño, se encuentran las construcciones de pizarra, que no solo cubren los tejados sino también las fachadas con total uniformidad.
Majaelrayo no llega a 100 habitantes, hoy por hoy, el alojamiento rural ha dado una salida a un lugar que tradicionalmente se había dedicado a la ganadería que se alimentaba de los pastos que lo rodea.
Un paseo por la pequeña localidad os permitirá admirar la belleza que conforman los contrastes de la piedra y la naturaleza.
Campillo de Ranas
Forma un concejo junto a varios municipios como Campillejo, El Espinar, Roblelacasa (Ruta de la Cascada de los Aljibes) y Robleluengo, caracterizados, también, por esa arquitectura pintoresca de pizarra que los inunda contrastando con la naturaleza que los envuelve. Y no es de extrañar, se encuentra cercano a dos de los hayedos más meridionales, el de la Tejera Negra, y el Hayedo de Montejo. Este último cercano, también, a la Sierra del Rincón. Además del pico del Ocejón, uno de los más altos de la provincia.
Se trata de uno de los principales municipios de esta ruta, aun asi, estamos hablando de un lugar de muy poca extensión pero que tiene un encanto muy particular.
En nuestra pequeña excursión, fue aquí dónde paramos a comer, y no podemos dejar de haceros la recomendación. Se trata del restaurante La Fragua . Si os animáis a daros un paseo por esta zona y os motiva nuestra sugerencia, realizad reserva previa. No fue nuestro caso, que llegamos por azar sin tener muy claro qué nos apetecía, y tuvimos suerte.
Un lugar cálido y acogedor, con un servicio muy amable. Aunque si algo resalta en este lugar, es la cantidad que tienen cada uno de sus platos. Queremos destacar sus sorprendentes croquetas, con ese sabor casero de estar hechas con mimo y sobre todo, su tamaño. Admiten pedir medias raciones, cuestión que os recomendamos. ¡No os las perdáis! En la carta encontrareis cocina tradicional de la que apetece cuando paseas por un entorno rural…
La ruta de los pueblos negros, de la que hoy os hemos hablado a través de dos de sus municipios, te permite realizar actividades en la naturaleza pero, sobre todo, te regala un placer que muchas veces es difícil de disfrutar, el paseo...
Un recorrido que despierta los sentidos y que hace que, lo que a primera vista te parece un lugar muy pequeño, te permita disfrutarlo sin estar pendiente del reloj.
Sauces, robles, avellanos, plantas silvestres, las estelas del vuelo de algún ave rapaz, las huellas sobre la tierra húmeda de un atigrado felino que se camufla entre las piedras… Todo ello forma parte de la estampa que pinta, con colores nostálgicos, un paisaje más propio de alguna novela antigua que del siglo XXI.