En la Comunidad de Madrid, a unos 45 km de la capital hacia el sureste, se encuentra Chinchón, un municipio cuyo nombre está ligado al aroma del anís, a los sabores dulces de su repostería, al color grana de sus vinos, a los episodios históricos trascendentes que allí se vivieron y a su hermosa y pintoresca Plaza Mayor, testigo de todo ello.
El centro de la vida de la localidad se desarrolla en la citada Plaza Mayor, cuyo origen se remonta al s.XV, aunque no fue cerrada hasta el s.XVII. Dicen de ella que es una de las más bellas de estas características, opinión a la que nos sumamos. Portalada, con su carácter típicamente medieval, la plaza de trazado irregular es la protagonista del lugar. A su alrededor 234 balcones de madera, con tonos entre verdosos y negros, la rodean, con un máximo de tres alturas.
Actualmente los locales que conforman este espacio son negocios de hostelería y restauración. Las terrazas se disponen todas alrededor y la gente se coloca estratégicamente en busca del sol los días de primavera, otoño e invierno a la hora del aperitivo. La imagen resulta tremendamente agradable, es habitual encontrarse con bastantes moteros enfundados en sus trajes de cuero y cascos que paran a hacer un repostaje en los bares del lugar. En algunos de esos balcones se disponen mesas y sillas para poder comer a cierta altura, disfrutando de la preciosa panorámica de la plaza.
Los niños disfrutan de una atracción que se ha convertido en “típica” de Chinchón. Frente a la fuente de dos caños, denominada “Fuente de arriba”, donde el sonido del agua cristalina se entremezcla con las conversaciones distendidas de la gente, al menos los días festivos, una fila de burritos encantadores están preparados para que niños de poca edad monten sobre ellos y dar una vuelta alrededor de la plaza.
No sé, siempre nos ha dado un poco de pena verlos ahí, pero lo cierto es que tiene buen aspecto y los retoños que montan no tienen demasiado peso. Los animales son totalmente accesibles y pocos se resisten a pasar a su lado y no hacerles una caricia que casi parecen pedir con esa mirada entrañable…
La plaza Mayor de Chinchón ha sido testigo de algunos capítulos de la Historia de España. Entre ellos, por ejemplo, la primera vez que fue escenario de una corrida de toros como consecuencia de la celebración del enlace entre Juana la Loca y Felipe el Hermoso, o la proclamación como Rey de Felipe V (1706), cuya consecuencia negativa fue días después un expolio al lugar y como positiva ese lema otorgado por el monarca que perdura en la historia y aparece en su escudo cuyo título es “Muy noble y muy leal”.
Esta plaza ha sido objeto de muchos fines, si bien en la actualidad en las fiestas se sigue empleando como coso taurino, en ella durante toda la Historia se han representado comedias, se han llevado a cabo ejecuciones, celebraciones reales, fiestas…
En la propia Plaza Mayor podréis encontrar el punto de información turística donde os pueden orientar acerca de la visita y ampliar cualquier tipo de información. En la entrada está la pareja de la “Fuente de Arriba” anteriormente mencionada, ya que en el recinto hoy destinado para que los “turistas” puedan ilustrarse en lo que es la “Ciudad de Chinchón”, se encuentra la Fuente de abajo, delimitada por lo que fue la cárcel y, durante un tiempo, el pilón de las lavanderas…
Desde la plaza se puede divisar un templo religioso y a su izquierda una torre con un reloj que se alzan en la parte alta del municipio. Hay un dicho conocido de Chinchón y es que “Chinchón tiene iglesia sin torre y torre sin iglesia”. Ambas se encuentran distanciadas por unos 50 metros aproximadamente.
La actual parroquia Nuestra Señora de la Asunción Es una reconstrucción (1828) de mayores dimensiones que la iglesia anterior, Iglesia de la Piedad, que se comenzó a construir en el siglo XVI, como capilla adosada a lo que era el palacio condal (hoy teatro Lope de Vega) y que en su época final de construcción estuvo en manos de los mejores artistas que colaboraron en la obra del Monasterio del Escorial. Tiene una mezcla de estilos, gótico, barroco y plateresco. En su retablo central se muestra la obra de Francisco de Goya “La Asunción de la Virgen”.
Durante la Guerra de la Independencia, con motivo del asesinato de 2 franceses en la localidad llegó a Chinchón la venganza. El pueblo fue asediado por las tropas francesas, y sus edificios más representativos fueron incendiados o saqueados. Por aquellas fechas, Goya fue testigo de esta masacre, en la que se asesinaron casi a 90 personas, y éste lo dejo reflejado en su serie de pinturas “Desastres de la Guerra” número 37.
La torre del reloj, muy cercana a la parroquia, antes hubo pertenecido a otra iglesia, Nuestra Señora de Gracia, del siglo XV, templo que también fue objetivo en 1808 del ejército francés. La torre se ha reconstruido pero el templo no pudo ser levantado en su momento por falta de presupuesto y sus pocos restos han ido quedando enterrados con el tiempo. Este es el motivo por el que luce la torre sin iglesia en Chinchón.
Entre torre y templo religioso se encuentra el Teatro Lope de Vega, lo que fue el antiguo palacio Condal, y que ha sido rebautizado como homenaje a que el autor firmó allí una de sus obras.
No encontrareis problemas para comer, existen variados tipos de establecimientos que se adaptan a diferentes gustos y economías, no será difícil que encontréis un lugar para sentaros y comer a la carta, raciones o bocadillos, hay para todos los gustos y posibilidades. Igualmente, el lugar dispone de variados alojamientos rurales, aparte del Parador, ubicado en lo que fue el antiguo Convento de San Agustín a escasos metros de la Plaza Mayor.
Hoy puede ser un buen día para visitar Chinchón, personalmente pensamos que en cualquier momento encontraras a sus habitantes con los brazos abiertos esperándote, para ofrecerte sus productos, su hospitalidad, su historia y la posibilidad de pasar un día encantador.
¿Tienes planes hoy?