En Cantabria, limitando con Vizcaya (Bizkaia), llegamos a un lugar que huele a mar… Y no a cualquier mar, sino al Cantábrico, su esencia es profunda, y perfuma la localidad.
Castro Urdiales es nuestro destino. En su bahía se entremezclan las coloridas barcas de pescadores con pequeños barcos de recreo. Todo ello salpicado aleatoriamente, pero que ante la vista parece haber sido perfectamente planificado, porque la estampa es un cuadro de ensueño.
Y no solo se mezclan los barcos, sino que lo antiguo y lo moderno convive en las construcciones, en sus gentes y en sus vistas.
Es una de las localidades más pobladas de Cantabria, un lugar donde la vida asoma en cada rincón. A pesar de ser un reclamo turístico por su encanto y la cantidad de opciones hosteleras, la gente vive allí, y la vida no se paraliza, como pasa en otros lugares, para encontrar tiendas de souvenires y atractivos para el visitante, sino que el atractivo real está en sus calles, en su puerto, en su plaza donde la gente disfruta de unos vinos y tapas con sus conocidos. Se respira “calidad de vida” y para nuestro gusto gran belleza.
Tradicionalmente Castro Urdiales ha sido una localidad de pescadores. Su paso por la historia ha estado ligado de forma directa con su proximidad al mar. En la Edad Media el comercio marítimo, su participación en la Reconquista aportando naves, o en la Conquista de Sevilla estando a la cabeza Alfonso X el Sabio, son algunos ejemplos. A raíz de incluirla en el Fuero de Logroño su actividad mercantil mejoró exponencialmente. Pero tras la invasión napoleónica, esta villa sufrió un gran deterioro.
A mediados del s. XIX a través de la pesca, la industria de las conservas de pescado y las minas comienza de nuevo a levantar el vuelo, y hoy por hoy además goza de un gran tirón turístico, convirtiéndose en residencia vacacional de muchas personas, y lugar de visita de otras tantas.
A parte de pasear y divisar desde diferentes ángulos las panorámicas que este lugar te regalan, existen algunos legados de la historia de tipo monumental que podréis ver. Por ejemplo la Iglesia de Santa María de la Asunción, del siglo XIII, se construye en pleno esplendor económico a raíz de obtener el Fuero de Logroño, no acabarían la obra hasta el XV, es la más antigua de todo el litoral. Su emplazamiento, cercano al mar y en lo alto, junto con ese aspecto similar al de una Catedral, la confieren un carácter atrayente. Fue declarada Monumento Nacional en 1931.
Muy cerca están los restos del Castillo medieval, donde también se encuentra el faro, una combinación tremendamente curiosa. El nexo entre la fortaleza y el puerto es el puente viejo, de época del medievo que a la vista recuerda mucho a los puentes romanos…
Existía un puente similar que enlazaba con la ermita de Santa Ana, situada en lo alto de un peñón muy próxima al castillo. Ahora mismo el acceso a la misma se hace a través de unas escaleras. En su interior encontrareis el suelo acristalado, con restos romanos hallados recientemente. Uno de los lados está abierto, con unas vistas al mar impresionantes.
Pero Castro Urdiales además de enamorarte por su vida y por sus vistas, te puede enamorar por el estómago.
Y en este caso si buscáis dónde comer en Castro Urdiales la oferta es amplia, pero nosotros tenemos una recomendación que no podemos dejar de mencionaros: Mesón El Marinero. No lo encontramos al azar, nos lo habían recomendado, concretamente una de sus especialidades, la marmita. Pero no pudimos dejar de enloquecer al ver su carta, al menos necesitaríamos 3 ó 4 visitas para saciar nuestras ganas de probar y probar, y a día de hoy más de una vez lo nombramos pensando en cuándo hacer una escapada. Claro que no sé si podríamos prescindir de esas cigalas a la sartén en salsa, o del arroz con bogavante, y mucho menos de esas milhojas de crema que al escribirlo aun creo saborear… Advertimos que no es especialmente barato, aunque nuestra experiencia mereció la pena.
Y con el estómago desbordante de felicidad, y el paladar borracho de placer, qué mejor que acercarte al largo rompeolas que protege la villa, justo a la altura de la ermita. Al ras del suelo nace como protector del puerto del municipio. La brisa en ese espacio te hace sentir que la piel se llena de sal fina…
En ese momento con el mar abierto a un lado y el puerto al otro, escuchar a las gaviotas entonar su sonido característico te suena a sinfonía.
Editamos la entrada en 2015, además de para añadir nuevas imágenes, para ampliar un detalle sobre la localidad, y que está relacionado con la celebración de la Semana Santa, concretamente el Viernes Santo, cuando la localidad se transforma para representar "La Pasión Viviente" durante toda la mañana, de manera sorprendente. Os hablamos de su celebración en esta entrada.
Castro Urdiales es un destino que nos encanta, ya hemos mostrado durante el tiempo en el que tenemos el blog, todo lo que disfrutamos en Cantabria. Desde que escribimos esta entrada, hace 4 años largos, hasta la pasada Semana Santa no habíamos vuelto a Castro Urdiales, y el retorno fue tan gratificante como esperábamos. Desde luego, es un lugar al que es un placer ir.
¿Tienes planes hoy?
¿Tienes planes hoy?
mira q he estado veces en Castro Urdiales, pero nunca me había parado a pensar en su historia......tú si que vas cn la guía x ahí!!!! q no me engañas!!!!!!!! jejeje!!!!
ResponderEliminarestupenda la entrada de hoy........lugar de mar.......precioso!!!!!!!
No he estado nunca en Castrourdiales y eso que he ido bastante a Cantabria pero de verdad que es bonito, a mi todos los pueblos de mar me parecen maravillosos, aunque prefiero el Mediterráneo que tiene las aguas más calentitas jejeje
ResponderEliminarBesis!
joer.. no conozco el norte y cada vez me da más rabia... q. fotos... q. bien cuentas las cosas... jajaja... ¿y ésa pedazo catedral?...
ResponderEliminarUmmm..... ¿me puedo apuntar a vuestra próxima salida?... jejejee...
Un bello pueblo de Cantabria. Tal vez se nota un poco la vasquización del pueblo, cosa que sería un error monumental. Es y debe ser siempre una de los pueblos marineros por excelencia de Cantabria.
ResponderEliminarHola Rag-life,
EliminarCastro Urdiales desborda el aroma marinero por cada uno de sus rincones, estamos de acuerdo contigo.
Muchas gracias por dejarnos tus impresiones,
Un saludo