Continuamos con la visita a Amsterdam, esa ciudad que llevaba en nuestras ganas mucho tiempo y que por fin se había convertido en un destino real. Contábamos con dos días para visitarla, si queríamos compaginar nuestro viaje con un día recorriendo alguno de los pueblos que la rodeaban.
Vamos a seguir narrando en estas entradas los puntos básicos de visita de la ciudad. Si has llegado aquí directamente hay un par de entradas previas que igual pueden ser de tu interés:
Amsterdam y alrededores en 4 días: Preparando el viaje (todo lo necesario antes de viajar)
Amsteram y alrededores en 4 días: Amsterdam I (puntos a visitar de la ciudad)
En la anterior entrada, os habíamos hablado de la Casa Museo de Ana Frank, el Barrio de Jordaan, los canales y la arquitectura del centro. Continuamos:
La Plaza Dam
Cuando comienzas a planificar tu escapada a Amsterdam, la Plaza Dam aparece por todas partes y es que es un emplazamiento emblemático en la ciudad, el centro neurálgico, su corazón y el origen alrededor del la cuál se fundó la ciudad.
Y de la Plaza Dam también se puede decir que es una locura a unas horas y un remanso de paz a otras. Una locura de bicis, tranvías, coches, artistas callejeros, peatones y palomas. Y al caer la luz, parece no quedar nadie a su alrededor y que todo lo anterior, que confluía simultáneamente, hubiera sido un espejismo.
Sus dimensiones, y el ser atravesada por el tráfico, te hace perder ligeramente la sensación de “plaza” como tal.
El nombre de esta plaza tiene mucho que ver con lo que antiguamente se encontraba en el lugar donde hoy se levanta. Dam significa presa. Exactamente eso es lo que había en el s.XIII en la ubicación de la plaza, una presa que contenía el agua del Amstel.
Y de este hecho también deriva el nombre de la propia ciudad. La presa era conocida como Amstel Dam, que evolucionó hasta lo que hoy conocemos como Amsterdam. Dentro de la Plaza Dam se encuentran varios monumentos de interés:
Monumento Nacional de Amsterdam: este monolito de 22 metros homenajea a las víctimas de la II Guerra Mundial. Cada 4 de mayo se recuerda a su alrededor a los caídos en este conflicto bélico.
Palacio Real (Koninklijk Paleis): es conocido el hecho de que muchos palacios, castillos, etc, se construyeron con esa función inicial y acabaron siendo cárceles, ministerios, ayuntamientos. En el caso de este Palacio (que en la actualidad sigue estando en uso por la familia real) sus primeros 150 años de vida tuvo la función de Ayuntamiento, se construyó con ese fin, para tener un edificio a la altura del esplendor del que gozaba la ciudad en esas fechas. De hecho, llama la atención su aspecto sobrio y la entrada tan poco palaciega que tiene. Está compuesta de siete arcos y cualquiera de ellos da acceso a su interior. Siete arcos que pretendían simbolizar las igualdad de cualquiera de los habitantes de la ciudad entrara por el que entrara para acceder a su ayuntamiento.
Es importante resaltar que muchos de los edificios de Amsterdam están construidos sobre madera, por los motivos que os contábamos en la entrada anterior relacionados con el tipo de terreno ganado al agua sobre el que se crea esta ciudad. En el caso del palacio, superan con creces los 13.000 pilares de madera los que lo sujetan. Os dejamos un enlace que permite hacer una visita virtual del palacio.
Fue con la ocupación francesa cuando se empezó a utilizar como palacio. Tras el abandono de los franceses, su uso no ha sido tanto como residencia real, sino como centro de recepción y celebraciones importantes. Muy similar al uso que se le da en la actualidad.
Actualmente es visitable, si no se está celebrando ninguna de las recepción mencionadas anteriormente. Nosotros en nuestra visita nos limitamos a sus exteriores.
Nieuwe Kerk: si te pones en la Plaza Dam, mirando de frente al Palacio Real, a su derecha encontrarás la Nieuwe Kerk, o lo que para nosotros sería la Iglesia Nueva. Que dicho así, parece de ayer, pero data del s.XV y fue fruto de las llamas en variadas ocasiones. Actualmente la iglesia es lugar de coronaciones y exposiciones.
Nos suele encantar entrar en iglesias y catedrales, no porque seamos creyentes ni nada parecido, sino porque suele ser algo que nos resulta muy atractivo (como pudisteis ver en nuestro viaje por el sur de Inglaterra donde no dejamos catedral sin visitar de las que se cruzaban en nuestro camino). En esta escapada exprés estamos más paseando la ciudad, aprovechando, por cierto, el buen clima que hacía y, además, teniendo en cuenta que no disponíamos de demasiado tiempo
Y la Plaza Dam, además, la conforman otros tantos edificios históricos. Para los amantes de las figuras de cera tenéis, justo frente a la iglesia, el Museo Madame Tussaud, que por lo visto no se limita a la reproducción de personajes populares, sino que tiene espacio para la recreación de momentos históricos también.
El Barrio Rojo
¿Quién no ha oído hablar del Barrio Rojo de Amsterdam? Un barrio en el que se unen sensaciones encontradas si te pones a pensar en cómo se ha convertido en foco turístico, y casi espectáculo, el hecho de callejear entre ventanales acristalados tras los que se encuentran, principalmente, mujeres ofreciéndose en un escaparate para tener encuentros sexuales (fluorescentes rojos o azules que diferencian entre mujeres o travestis).
Esa es la concepción que tenemos de este barrio cuando te hablan de él y, realmente, eso es una parte de lo que encuentras cuando lo visitas.
Durante el día apenas se vislumbra ninguna luz encendida, algunos escaparates están habitados, otros no. Y su calle principal desde la distancia no hace sospechar que sea un barrio con ninguna característica especial.
Nosotros no sacamos fotos de detalle por estar prohibido y por respeto a las personas que se encuentran trabajando. Nos limitamos a hacer fotos desde los puentes que cruzan los canales, o a las calles en su conjunto, para plasmar la vida del lugar lo mejor que pudimos
Por el Barrio Rojo pasea gente de todo tipo, hombres, mujeres, parejas, grupos… Parece mucho más una atracción turística que un lugar para hacer “negocios”, todo sea dicho. Cuesta creer que entre esa marabunta de gente, tanto de día, como de noche, alguien se anime a entrar en los locales Pero está claro que debo estar equivocada, porque ese barrio sigue en pie desde hace siglos.
Y fue allá, por el s.XIII, cuando en la ciudad ya se practicaba el oficio más antiguo del mundo, que por algo se llama así, y el Sheriff de la ciudad y sus hombres se encargaban de controlarlo. En el s.XVII aparecían las primeras mujeres ofreciéndose tras los cristales y en 1911 se producía la legalización de la prostitución.
Podéis pasear con tranquilidad por las calles y callejones, nosotros lo hicimos de día y de noche, aunque de noche, nunca más allá de las 23:00, no por nada, sino porque no surgió.
Pero el Barrio Rojo, situado en todo el centro de Amsterdam, es más que sus negocios de neón.
Aquí podemos encontrar la Iglesia Antigua o Oudekerk, que resulta ser el edificio más antiguo de toda la ciudad. Una iglesia calvinista rodeada del ambiente del Barrio Rojo y consagrada en el s.XIV. Pero el nacimiento de este templo surgió bajo el catolicismo romano y se mantuvo hasta que, durante la Guerra de los Ochenta Años, en el s.XVI, la iglesia fue tomada por los calvinistas. El templo ha sufrido diferentes reformas a lo largo de los siglos. Y como curiosidad, los hijos de Rembrandt (enterrado en el Barrio Jordaan, como os contábamos en la anterior entrada) fueron bautizados aquí.
Es curioso cómo, también, en las paredes de la iglesia se pueden encontrar algunos de los escaparates de las prostitutas de la zona. Chocante.
No entramos en el interior del templo, nos limitamos a rodearlo y verlo por fuera desde la plaza en el que se halla, la Oudersplein.
La Plaza Spui y el Bejhingof
La Plaza Spui es un lugar realmente agradable, un espacio con bares y restaurantes, donde la gente sale a relajarse. Se respira un ambiente tranquilo y distendido. En nuestra visita un saxo sonaba de fondo y las bicis se pasaban inquietas al lado del tranvía que cruzaba el lugar.
Esta plaza, hoy totalmente integrada en la ciudad, anteriormente era el límite de Amsterdam, y donde hoy hay asfalto, hasta el s.XIX, había agua. Posteriormente se rellenó hasta formar este agradable rincón, donde los días de diario se puede disfrutar de un mercado al aire libre de obras literarias y, los fines de semana, de antigüedades.
Y al lado de la plaza Spui, además, tenemos el Bejhingof, casi escondido en un patio próximo. Desde la propia plaza hay una puertecita que pasa inadvertida, aunque también se puede acceder por la calle trasera. Hay varios motivos por los que merece una parada este lugar, vamos a empezar porque en su interior se encuentra la casa más antigua de todo Amsterdam, del s.XV, que además tiene la particularidad de tener la fachada de madera, algo que se prohibiría con el paso del tiempo para evitar los incendios que tantas veces visitaron la ciudad.
En el número 34, nada más entrar podréis ver la vivienda. El segundo motivo para entrar en este oasis de silencio es la propia historia. En otras guías de viajes os hemos hablado de otros Bejhingof, bastante comunes en algunos lugares de Europa.
Las beguinas eran mujeres católicas que vivían en comunidad, no habían tomado los votos pero ayudaban a enfermos y necesitados. La mayoría solteras o, en algún caso, viudas, y ésta era una forma continuar “asociadas” hacia delante en unos tiempos donde era complicado para las mujeres ganarse la vida.
Podéis visitar parte del patio interior. En el centro se encuentra la pequeña iglesia inglesa, y en un par de casas se hallaba una capilla clandestina, donde las beguinas, cuando el catolicismo estaba prohibido en la ciudad, llevaban a cabo sus oraciones.
El presente de este beaterio es el precioso patio con casas típicas holandesas, que fueron la mayoría sustituidas con la nueva legislación que se aplicó en el s.XV e impedia las fachadas de madera. Ya no quedan beatas, las hubo hasta los años 70. Ahora es un patio residencial en el que no cuesta imaginar la historia que lo sujeta.
Y como Amsterdam tiene muchas anécdotas y quedan muchos rincones por descubrir, continuamos en la siguiente entrada con más puntos que visitar y curiosidades sobre la ciudad. ¿Te apetece más?
Curiosidades de Amsterdam (II): ¿Sabías que...?
¿Sabías que en Amsterdam no encontraréis un tranvía con el número 8 en la ciudad? Aunque sí existió hasta los años 40. La línea 8 era la que se empleaba para deportar a los judíos. Cuando esta se suprimió ese número dejo de utilizarse para siempre.
¿Sabías que el 5 de diciembre se celebra San Nicolás, que deja regalos en los zapatos, y tiene vinculación con España? Este personaje viaja hasta los Países Bajos en barco de vapor, luego coge su caballo blanco junto con su ayudante “Pedrito” y deja regalos a los niños buenos en sus zapatos ¿y a los malos? ¿Carbón? Noooo, a los malos se los lleva a España (qué majo).
Si queréis saber más cositas sobre Amsterdam, más puntos a visitar y otras curiosidades, en la siguiente entrada os mostramos más.
¿Tienes planes hoy?
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