El año pasado, en mayo, decidimos aprovechar 4 días que teníamos disponibles para hacer un viaje a los Países Bajos. Todos los preparativos de viajes, alojamiento, vuelos, y consejos prácticos os los hemos contado en la entrada de “Preparando el viaje”, por si los queréis consultar.
Amsterdam es una ciudad especial, mezcla estampas románticas con un ambiente más canalla. Las ciudades suelen tener aromas y sonidos característicos, ésta huele a “hierba” y patatas fritas, y suena a timbres de bicicletas y música callejera. Tiene barrios residenciales que son remansos de paz y zonas llenas de turistas, y no turistas, que cantan, fuman y beben o pasean tranquilamente. Por el día tiene color ladrillo, azul y gris, y por la noche es roja, azul y negra, iluminada por ventanales enormes que no tienen cortinas y dejan intuir techos altos con decoraciones nórdicas, y hay pequeñas farolas y bombillas que perfilan los puentes de sus canales. Es diferente a cualquier otra y es normal que, por ello, guste a tantos.
A visitar Amsterdam dedicamos el día de llegada (desde las 13 horas más o menos), el día siguiente completo y una tarde más desde las 18.00 horas (que fue a la hora que llegamos de la excursión de los alrededores). Este tiempo equivaldría más o menos a dos días completos y un pelín más. Porque el día de partir, al habernos cambiado la compañía el horario del vuelo, no nos dio tiempo más que a salir a desayunar y dar un mini paseo, así que no lo contaremos como tiempo útil.
A continuación pasamos a contaros los puntos de la ciudad que en este tiempo pudimos disfrutar, teniendo en cuenta que nuestra prioridad en ésta escapada era pasear y disfrutar la ciudad.
Casa Oficial Museo de Ana Frank
Lo ponemos el primero porque fue el primer lugar al que fuimos recién llegados (20 minutos andando desde nuestro hotel o la Estación Central). No creáis que lo hicimos porque para nosotros fuera un imprescindible, porque no lo era. De hecho, las entradas se pueden comprar por internet, algo que todo el mundo recomienda, pero como nosotros teníamos incertidumbre acerca de la climatología no queríamos hipotecar nuestra planificación a visitarlo a una hora concreta, cuando a lo mejor era el momento ideal para estar en la calle. Y tampoco sabíamos qué tal iríamos de tiempo para visitar la ciudad. Así que, habíamos pensado que lo mejor sería improvisar allí. A pesar de ello, nos metimos en la web casi antes de irnos, porque estábamos con esa duda de no saber qué hacer, y para ese momento, ya estaban agotadas solo quedaba presentarse allí y probar suerte.
Preparando esta entrada hemos entrado en su web para enlazaros y hemos encontrado novedades: desde el 1 de mayo de 2016, la forma de adquisición de entradas ha cambiado. Si se quiere visitar el museo por la mañana (hasta las 15:30) las entradas tienen que ser adquiridas por internet previamente y con hora concertada. Para la tarde, se adquieren sólo en taquillas. Así que ya sabéis, si queréis por la mañana id entrando a reservar.
La Casa Museo de Ana Frank es uno de los atractivos turísticos de la ciudad. Siempre está lleno de gente y había colas infinitas para poder entrar. Nosotros con nuestro plano en mano, que llevábamos impreso desde Madrid, pusimos rumbo hacia allí para probar suerte, pensando que quizá era una hora en la que el mundo podía estar comiendo y que era un día laborable, cosa que los días posteriores no lo serían. Para nuestra sorpresa, la cola era corta y en no más de 20 minutos estábamos iniciando la visita a la Casa de Ana Frank.
El precio de entrada es de 9 euros y no está incluida con la Tarjeta Turística (que nosotros no adquirimos). Los horarios los podéis ver en su web.
La visita se realiza con una audioguía, y, bueno, la historia ya la conocéis. Hay partes del recorrido que impresionan, hay algún documental, muestras del diario, las habitaciones, etc. ¿Imprescindible? Depende de los gustos personales… impactante, es.
Canales de Amsterdam: Grachtengordel
Para respetar un poco el orden en el que nos fuimos encontrando las cosas, lo siguiente que os queremos mostrar son los canales de Amsterdam. Si hay algo que define esta ciudad son su encantadores canales.
Canales que van atravesando las calles en forma de anillos. Dicen que la zona mas bella de estos es la que conforman los tres canales de la zona centro, o también conocidos como Grachtengordel.
Estos canales están dentro del Patrimonio de La Unesco, y lo forman: Herengracht, para nosotros, quizá uno de los más bonitos, Keizersgracht y Prinsengracht. Datan del s.XVII. Alrededor de ellos encuentras montones de imágenes de lo que uno se imagina de Amsterdam.
El canal Singel sería el más antiguo de todos y el que tiene un radio más pequeño en el centro, sirvió de foso a la ciudad en época medieval.
Los canales en Amsterdam se construyeron para poder ampliar la superficie habitable ante el aumento de la población en el s.XVII, como consecuencia de la prosperidad económica. Para ello era necesario drenar el agua y obtener nuevo terreno en el que poder asentarse. Estos canales se convertirían en el alojamiento de mercaderes adinerados.
Una forma de disfrutar de los canales es paseando por la ciudad, contemplando las diferentes estampas que ofrecen. Otra forma de hacerlo es en barco. Nosotros optamos por las dos vistas.
Hay un montón de compañías que ofrecen este servicio, con audioguía, sin ella, con cena, sin cena. Escogimos una que tenía un recorrido de aproximadamente 60 minutos con audioguía en español. El precio rondaba los 15 euros persona (creemos que la tarjeta turística te incluye un viaje, pero al no cogerla, no estamos seguros). Hicimos el recorrido por la tarde, y la verdad es que nos gustó un montón. Te van contando el porqué de los canales, te hablan de las viviendas flotantes, alrededor de unas 2.000, pasas cerca de muchas de ellas, de parte de la Historia de la ciudad, mientras cruzas diversos puentes (en total en Amsterdam hay más 1.000) y conectas con varios de los canales que conforman el anillo del que os estamos hablando (que solo es una parte de los más de 100 km de canales de la ciudad).
Durante la visita tendrás la oportunidad de fijarte en las fachadas de las viviendas, detalles de las mismas, con marcas del tiempo sobre ellas. Como ejemplo, las poleas que hay en la parte más alta de sus tejados.
Pero de su arquitectura y calles os queremos hablar en el siguiente punto con más detenimiento, porque es otro de los elementos característicos de la ciudad en los que merece la pena pararse.
Antes de ello, simplemente, disfrutad de los canales que os acompañaran en la escapada. Son un elemento único en la ciudad.
Arquitectura en Amsterdam: Casas torcidas, casas flotantes...
Cuando paseas por su calles, casi sin darte cuenta, vas teniendo la impresión de que algo no está en orden. Al mirar hacia arriba parece que los tejados de las casas se están asomando a mirarte, y si miras hacia los lados, empiezas a comprobar que casi no hay líneas rectas en los edificios. Casas inclinadas hacia el frente y paredes que parecen vencer hacia los lados. El cerebro empieza a trabajar para intentar poner orden a esa sensación, pero señores/as, no están alucinando por el aroma de la ciudad, en Amsterdam las casas están torcidas.
Como os comentábamos en el anterior punto, el suelo en la ciudad, por su orografía y origen, es un recurso muy escaso, es por ello, que las viviendas son muy estrechas y altas, porque además estaban grabados con impuestos los metros de fachada y había que pagar por ellos, hay algunas que parecen más anchas, pero realmente equivalen al doble de las estrechas, ya que lo que hicieron algunos mercaderes que querían construirse mansiones era comprar doble parcela y unir las viviendas.
Sus empinadas y estrechas escaleras impedían subir por ellas el mobiliario o mercancía, de ahí que se construyeran las fachadas con unas poleas en la parte superior del tejado para poder hacerlo por el exterior.
Éste, dicen que, es uno de los motivos por los que las fachadas de las casas de Amsterdam están inclinadas hacia delante. Porque, gracias a construirlas así, al elevar los pesos no chocaba contra la fachada.
Pero la cosa no queda ahí, las líneas horizontales de las viviendas tienden a estar torcidas y algunas paredes, además, parecen reposar sobre el resto del edificio. Dicen que los motivos que rodean este hecho están relacionados con que las viviendas han sido construidas sobre terreno ganado al mar, por lo cual, los cimientos reposan en terreno que puede llevar a que la estructura vaya cediendo. Y si es así, la cosa cede.
Y de ese agua vienen estos lodos, nunca mejor dicho. El paseo por las casas que rodean los canales, donde vivían ricas familias, se convierte en una mezcla de fachadas que parecen estar bailando o sujetándose ligeramente unas a otras.
Por supuesto, alrededor de estos canales, aparte de las viviendas que reposan en tierra “firme” (o no tanto), están las casas flotantes. Casas flotante que comenzaron su expansión a raíz de la II Guerra Mundial principalmente, y de nuevo, como fruto de la escasez de suelo y, sobre todo, los altos precios del mismo.
Comenzaron los hippies y, como acaba pasando, ahora se han convertido en un bien preciado a pesar de los inconvenientes que pueden tener en el duro invierno, cuando están expuestos a la congelación de tuberías.
Casas estrechas, casas flotantes, casas torcidas, calles, y canales… ahí está Amsterdam.
Barrio Joordan
Y continuamos intentando seguir un orden similar al que llevamos en nuestra visita. Después de la casa museo de Ana Frank, nos adentramos en el Barrio Joordan, al otro lado del canal (Prinsengrachtz). Un barrio con historia.
Por cierto, en este canal encontrareis la Casa Flotante Museo (Hendrika María), en el número 296, para los que estéis interesados en su visita.
Este barrio, hoy por hoy, se considera un enclave bohemio pero su origen se remonta a un carácter obrero. Allá por el s.XVII, con la ampliación de la ciudad, Amsterdam fue el lugar al que todos querían ir por su esplendor económico. Llegaron emigrantes de diferentes gremios, algunos con cierto capital, que montaron algunas industrias que en el centro de la ciudad no se consideraban salubres. Más adelante su población, en busca de lugares más baratos, fue dejando el barrio y éste entró en decadencia. Ya a finales del s.XX, comenzó a levantar el vuelo, a partir de los 60, y se ha ido llenando de estudiantes, artesanos, hasta convertirse en un lugar de moda, hoy en día lleno de muchísimos comercios curiosos y restaurantes que se reparten por un laberíntico barrio de calles estrechas, con bastante encanto y muy cotizado.
El habitante popular más ilustre de este barrio fue Rembrandt, quien residió 9 años con su familia hasta acabar enterrado en la iglesia Westerkerk, que si bien no está dentro de los límites considerados Jordaan, se considera parte del barrio. Esta iglesia dispone de una torre de 85 metros que dicen que ofrece unas buenas vistas panorámicas. Nosotros no llegamos a ir.
Pasear por el barrio y dejarse sorprender por sus callejuelas y sus canales es una gozada. Muchas de las casas de este lugar tienen lo que allí se conocen como Hofies, una especie de patios interiores que en verano algunos están abiertos y ofrecen música en directo.
Curiosidades de Amsterdam (I): ¿sabías qué…?
Al final de cada una de las entradas os dejaremos alguna curiosidad de la ciudad, de esas que aportan un toque diferenciador al viaje.
¿Sabías que en Amsterdam se encuentra una réplica del famoso Toro de Nueva York? Y dicen que da buena suerte tocarle los testículos. Está en Beursplein (plaza). Como en nuestra visita a NY no lo sabíamos y no podíamos hacerlo, porque estaba vallado, con éste intentamos resarcirnos y sí, tocamos, tocamos bien. En el enlace que os dejamos, os contábamos el origen de esta escultura, en Shangai o China, se pueden encontrar más réplicas de la misma figura.
¿Sabías que en Amsterdam se encuentra la que dicen que es la casa más estrecha del mundo? En las orillas del Canal Singel, en el número 7, una casa cuyo espacio habitable de ancho ronda el metro.
Esto solo es el principio, tres pinceladas de la ciudad de Amsterdam. Para no alargar demasiado esta entrada, en la próxima continuamos con los puntos más emblemáticos de la ciudad. No dejes de leerlos si estás preparando una escapadita a Amsterdam.
¿Tienes planes hoy?
Amsterdam es una ciudad especial, mezcla estampas románticas con un ambiente más canalla. Las ciudades suelen tener aromas y sonidos característicos, ésta huele a “hierba” y patatas fritas, y suena a timbres de bicicletas y música callejera. Tiene barrios residenciales que son remansos de paz y zonas llenas de turistas, y no turistas, que cantan, fuman y beben o pasean tranquilamente. Por el día tiene color ladrillo, azul y gris, y por la noche es roja, azul y negra, iluminada por ventanales enormes que no tienen cortinas y dejan intuir techos altos con decoraciones nórdicas, y hay pequeñas farolas y bombillas que perfilan los puentes de sus canales. Es diferente a cualquier otra y es normal que, por ello, guste a tantos.
A continuación pasamos a contaros los puntos de la ciudad que en este tiempo pudimos disfrutar, teniendo en cuenta que nuestra prioridad en ésta escapada era pasear y disfrutar la ciudad.
Casa Oficial Museo de Ana Frank
Lo ponemos el primero porque fue el primer lugar al que fuimos recién llegados (20 minutos andando desde nuestro hotel o la Estación Central). No creáis que lo hicimos porque para nosotros fuera un imprescindible, porque no lo era. De hecho, las entradas se pueden comprar por internet, algo que todo el mundo recomienda, pero como nosotros teníamos incertidumbre acerca de la climatología no queríamos hipotecar nuestra planificación a visitarlo a una hora concreta, cuando a lo mejor era el momento ideal para estar en la calle. Y tampoco sabíamos qué tal iríamos de tiempo para visitar la ciudad. Así que, habíamos pensado que lo mejor sería improvisar allí. A pesar de ello, nos metimos en la web casi antes de irnos, porque estábamos con esa duda de no saber qué hacer, y para ese momento, ya estaban agotadas solo quedaba presentarse allí y probar suerte.
Preparando esta entrada hemos entrado en su web para enlazaros y hemos encontrado novedades: desde el 1 de mayo de 2016, la forma de adquisición de entradas ha cambiado. Si se quiere visitar el museo por la mañana (hasta las 15:30) las entradas tienen que ser adquiridas por internet previamente y con hora concertada. Para la tarde, se adquieren sólo en taquillas. Así que ya sabéis, si queréis por la mañana id entrando a reservar.
La Casa Museo de Ana Frank es uno de los atractivos turísticos de la ciudad. Siempre está lleno de gente y había colas infinitas para poder entrar. Nosotros con nuestro plano en mano, que llevábamos impreso desde Madrid, pusimos rumbo hacia allí para probar suerte, pensando que quizá era una hora en la que el mundo podía estar comiendo y que era un día laborable, cosa que los días posteriores no lo serían. Para nuestra sorpresa, la cola era corta y en no más de 20 minutos estábamos iniciando la visita a la Casa de Ana Frank.
El precio de entrada es de 9 euros y no está incluida con la Tarjeta Turística (que nosotros no adquirimos). Los horarios los podéis ver en su web.
La visita se realiza con una audioguía, y, bueno, la historia ya la conocéis. Hay partes del recorrido que impresionan, hay algún documental, muestras del diario, las habitaciones, etc. ¿Imprescindible? Depende de los gustos personales… impactante, es.
Canales de Amsterdam: Grachtengordel
Para respetar un poco el orden en el que nos fuimos encontrando las cosas, lo siguiente que os queremos mostrar son los canales de Amsterdam. Si hay algo que define esta ciudad son su encantadores canales.
Canales que van atravesando las calles en forma de anillos. Dicen que la zona mas bella de estos es la que conforman los tres canales de la zona centro, o también conocidos como Grachtengordel.
Estos canales están dentro del Patrimonio de La Unesco, y lo forman: Herengracht, para nosotros, quizá uno de los más bonitos, Keizersgracht y Prinsengracht. Datan del s.XVII. Alrededor de ellos encuentras montones de imágenes de lo que uno se imagina de Amsterdam.
El canal Singel sería el más antiguo de todos y el que tiene un radio más pequeño en el centro, sirvió de foso a la ciudad en época medieval.
Los canales en Amsterdam se construyeron para poder ampliar la superficie habitable ante el aumento de la población en el s.XVII, como consecuencia de la prosperidad económica. Para ello era necesario drenar el agua y obtener nuevo terreno en el que poder asentarse. Estos canales se convertirían en el alojamiento de mercaderes adinerados.
Una forma de disfrutar de los canales es paseando por la ciudad, contemplando las diferentes estampas que ofrecen. Otra forma de hacerlo es en barco. Nosotros optamos por las dos vistas.
Hay un montón de compañías que ofrecen este servicio, con audioguía, sin ella, con cena, sin cena. Escogimos una que tenía un recorrido de aproximadamente 60 minutos con audioguía en español. El precio rondaba los 15 euros persona (creemos que la tarjeta turística te incluye un viaje, pero al no cogerla, no estamos seguros). Hicimos el recorrido por la tarde, y la verdad es que nos gustó un montón. Te van contando el porqué de los canales, te hablan de las viviendas flotantes, alrededor de unas 2.000, pasas cerca de muchas de ellas, de parte de la Historia de la ciudad, mientras cruzas diversos puentes (en total en Amsterdam hay más 1.000) y conectas con varios de los canales que conforman el anillo del que os estamos hablando (que solo es una parte de los más de 100 km de canales de la ciudad).
Durante la visita tendrás la oportunidad de fijarte en las fachadas de las viviendas, detalles de las mismas, con marcas del tiempo sobre ellas. Como ejemplo, las poleas que hay en la parte más alta de sus tejados.
Pero de su arquitectura y calles os queremos hablar en el siguiente punto con más detenimiento, porque es otro de los elementos característicos de la ciudad en los que merece la pena pararse.
Antes de ello, simplemente, disfrutad de los canales que os acompañaran en la escapada. Son un elemento único en la ciudad.
Arquitectura en Amsterdam: Casas torcidas, casas flotantes...
Cuando paseas por su calles, casi sin darte cuenta, vas teniendo la impresión de que algo no está en orden. Al mirar hacia arriba parece que los tejados de las casas se están asomando a mirarte, y si miras hacia los lados, empiezas a comprobar que casi no hay líneas rectas en los edificios. Casas inclinadas hacia el frente y paredes que parecen vencer hacia los lados. El cerebro empieza a trabajar para intentar poner orden a esa sensación, pero señores/as, no están alucinando por el aroma de la ciudad, en Amsterdam las casas están torcidas.
Como os comentábamos en el anterior punto, el suelo en la ciudad, por su orografía y origen, es un recurso muy escaso, es por ello, que las viviendas son muy estrechas y altas, porque además estaban grabados con impuestos los metros de fachada y había que pagar por ellos, hay algunas que parecen más anchas, pero realmente equivalen al doble de las estrechas, ya que lo que hicieron algunos mercaderes que querían construirse mansiones era comprar doble parcela y unir las viviendas.
Sus empinadas y estrechas escaleras impedían subir por ellas el mobiliario o mercancía, de ahí que se construyeran las fachadas con unas poleas en la parte superior del tejado para poder hacerlo por el exterior.
Éste, dicen que, es uno de los motivos por los que las fachadas de las casas de Amsterdam están inclinadas hacia delante. Porque, gracias a construirlas así, al elevar los pesos no chocaba contra la fachada.
Pero la cosa no queda ahí, las líneas horizontales de las viviendas tienden a estar torcidas y algunas paredes, además, parecen reposar sobre el resto del edificio. Dicen que los motivos que rodean este hecho están relacionados con que las viviendas han sido construidas sobre terreno ganado al mar, por lo cual, los cimientos reposan en terreno que puede llevar a que la estructura vaya cediendo. Y si es así, la cosa cede.
Y de ese agua vienen estos lodos, nunca mejor dicho. El paseo por las casas que rodean los canales, donde vivían ricas familias, se convierte en una mezcla de fachadas que parecen estar bailando o sujetándose ligeramente unas a otras.
Por supuesto, alrededor de estos canales, aparte de las viviendas que reposan en tierra “firme” (o no tanto), están las casas flotantes. Casas flotante que comenzaron su expansión a raíz de la II Guerra Mundial principalmente, y de nuevo, como fruto de la escasez de suelo y, sobre todo, los altos precios del mismo.
Comenzaron los hippies y, como acaba pasando, ahora se han convertido en un bien preciado a pesar de los inconvenientes que pueden tener en el duro invierno, cuando están expuestos a la congelación de tuberías.
Casas estrechas, casas flotantes, casas torcidas, calles, y canales… ahí está Amsterdam.
Barrio Joordan
Y continuamos intentando seguir un orden similar al que llevamos en nuestra visita. Después de la casa museo de Ana Frank, nos adentramos en el Barrio Joordan, al otro lado del canal (Prinsengrachtz). Un barrio con historia.
Por cierto, en este canal encontrareis la Casa Flotante Museo (Hendrika María), en el número 296, para los que estéis interesados en su visita.
Este barrio, hoy por hoy, se considera un enclave bohemio pero su origen se remonta a un carácter obrero. Allá por el s.XVII, con la ampliación de la ciudad, Amsterdam fue el lugar al que todos querían ir por su esplendor económico. Llegaron emigrantes de diferentes gremios, algunos con cierto capital, que montaron algunas industrias que en el centro de la ciudad no se consideraban salubres. Más adelante su población, en busca de lugares más baratos, fue dejando el barrio y éste entró en decadencia. Ya a finales del s.XX, comenzó a levantar el vuelo, a partir de los 60, y se ha ido llenando de estudiantes, artesanos, hasta convertirse en un lugar de moda, hoy en día lleno de muchísimos comercios curiosos y restaurantes que se reparten por un laberíntico barrio de calles estrechas, con bastante encanto y muy cotizado.
El habitante popular más ilustre de este barrio fue Rembrandt, quien residió 9 años con su familia hasta acabar enterrado en la iglesia Westerkerk, que si bien no está dentro de los límites considerados Jordaan, se considera parte del barrio. Esta iglesia dispone de una torre de 85 metros que dicen que ofrece unas buenas vistas panorámicas. Nosotros no llegamos a ir.
Pasear por el barrio y dejarse sorprender por sus callejuelas y sus canales es una gozada. Muchas de las casas de este lugar tienen lo que allí se conocen como Hofies, una especie de patios interiores que en verano algunos están abiertos y ofrecen música en directo.
Curiosidades de Amsterdam (I): ¿sabías qué…?
Al final de cada una de las entradas os dejaremos alguna curiosidad de la ciudad, de esas que aportan un toque diferenciador al viaje.
¿Sabías que en Amsterdam se encuentra una réplica del famoso Toro de Nueva York? Y dicen que da buena suerte tocarle los testículos. Está en Beursplein (plaza). Como en nuestra visita a NY no lo sabíamos y no podíamos hacerlo, porque estaba vallado, con éste intentamos resarcirnos y sí, tocamos, tocamos bien. En el enlace que os dejamos, os contábamos el origen de esta escultura, en Shangai o China, se pueden encontrar más réplicas de la misma figura.
¿Sabías que en Amsterdam se encuentra la que dicen que es la casa más estrecha del mundo? En las orillas del Canal Singel, en el número 7, una casa cuyo espacio habitable de ancho ronda el metro.
Esto solo es el principio, tres pinceladas de la ciudad de Amsterdam. Para no alargar demasiado esta entrada, en la próxima continuamos con los puntos más emblemáticos de la ciudad. No dejes de leerlos si estás preparando una escapadita a Amsterdam.
¿Tienes planes hoy?
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