En noviembre del año pasado, tras un año un poco raro, porque nos tenían al “que no escribe” y a mí separados durante bastantes semanas, nos surgió la ocasión de convertir la separación en una oportunidad. Y es que él estaba trabajando en Alemania, y yo aquí en Madrid, durante unos cuantos meses. En todo el tiempo que estuvimos en esta situación no habíamos tenido ocasión de explorar los mundos germanos por complicaciones varias pero, en noviembre, por fin, llegó la oportunidad.
Solo tres días en los que arañamos cada minuto y nos quedamos tan prendados de algunos paisajes, y tan emocionados con una incursión que hicimos a Austria de super refilón, que este verano nos hemos visto “obligados” a pasar 13 días en Austria y que encontrareis en el blog con pelos y señales. Ha sido impresionante.
Lo primero, como veis, es un viaje peculiar, quién viaja a Alemania, suele ir a La Selva Negra, suele recorrer Baviera, visitar Berlín, ir al norte del país, suele hacer itinerarios más largos que nuestros 3 días completos. Esto solo era la ocasión de poder juntarnos y además conocer algo de esa bonita zona. Otoño en Baviera.
Casi un fin de semana, de estos que, si no te surgen así, probablemente costaría planificar. Y la verdad, visto como salió, no hay que menospreciar las pequeñas escapadas, se viven de forma diferente, son muy intensas y hacen que arañando algún día tengas la sensación de vacaciones en medio del año. Da color a las semanas “normales”. Es como dar pequeños bocados a platos muy ricos, te comerías muchísimo más, pero ese primer bocado siempre será el más especial.
Si alguno estáis organizando un viaje a Austria o Selva Negra, esto que os vamos a contar se puede incluir perfectamente en los itinerarios, para nosotros tan solo es una toma de contacto con la zona, pero os aseguramos que fueron 3 días, aparte de muy aprovechados, inolvidables ¡Cuántas ganas de ver algo de los Alpes! Fue tan buena la experiencia, que ahora tenemos en mente hacer alguna otra escapada corta, para poder hacer algunas rutas que ya tenemos apuntadas.
Hay que tener en cuenta que el viaje se realizó en un noviembre bastante avanzado (hacia el día 20), lo favorable fue que el otoño poblaba los paisajes de los Alpes bávaros, que no hizo frío y que si hubiera ido un fin de semana más tarde (cosa que no era posible) habría pillado los mercados de Navidad abiertos… Lo negativo, que oscurece mucho antes, por lo tanto, los días no son tan aprovechables, y que a nosotros nos hizo bueno, pero en noviembre ya son obligatorios los neumáticos de invierno (con nieve también nos habría emocionado, somos un poco frikis con la nieve, nos ocurre mucho a los de Madrid). En nuestra escapada, como veréis en la foto, nos hizo unos días soleados preciosos y sin demasiado frío.
En todos los viajes lo recordamos, no os olvidéis de llevar la tarjeta sanitaria europea o, en su defecto, si no contáis con ella, contratar un seguro de viajes.
En este caso volé sola a Munich, “el que no escribe” estaba ya allí. Contábamos con coche de alquiler y con alojamiento. Éste último no lo elegimos nosotros, era el que tenía asignado por cuestiones laborales “el que no escribe”, estaba en Kempten, a unos 200 y pico kilómetros al suroeste de Munich, pagamos un suplemento por mi estancia y la verdad que no nos vino nada mal para nuestra escapada.
Respecto a los coches de alquiler, como hemos tenido que alquilar en verano también en Munich, deciros que no hay especial inconveniente si cogéis uno en Alemania y pasáis la frontera, aún así siempre avisad a la compañía, nosotros no tuvimos suplemento por ello. Si por lo que fuera, pasárais a Austria, como hicimos nosotros el día 3, recordad que no debéis coger autopistas, a no ser que sea algo que necesitéis hacer, por ejemplo, si os vais a acercar a Innsbruck donde entonces tenéis que adquirir la Viñeta (Vignette). Esto lo explicaremos más ampliado en el diario de Austria, ya que en esta escapada no va a hacer falta pero, básicamente, es una tarjetita que se pega en el coche (como la pegatina de la ITV), se adquiere para una duración determinada de tiempo, en las gasolineras próximas a la frontera y te permite circular por las autopistas (8,70 euros para diez días).
Con respecto al coche, nosotros solemos coger siempre el “todo riesgo” de toda la vida. Y si que hemos notado que Alemania no es especialmente económico para alquilar coche con respecto a otros de nuestros viajes.
Dudamos muchísimo en qué puntos elegir para esos 3 días de viaje, teniendo en cuenta que el primer día era en el que yo llegaba (aunque lo hacía en la mañana), luego contábamos con dos días más completos, y el cuarto yo cogía el avión temprano, porque “el que no escribe tenía que trabajar”, así que ese cuarto día no nos servía más que para desplazarme de Kempten a Munich y de Munich a Madrid.
Mirábamos el mapa y había tantos destinos... Lago Constanza, los castillos, Innsbruck, capital del Tirol en Austria, que sí que tenía el mercado navideño abierto, subir al Zugpitze, ruta por Alpes, algunos lagos, algunos pueblos... era difícil elegir y le dimos muchas vueltas porque todo nos apetecía, somos muy ansias, lo sabemos. Al final los destinos estuvieron condicionados por las ganas que teníamos de ver los Alpes y sus paisajes. Tres días parecían no dar para nada, pero tres días dieron para mucho.
Así que, si estáis tentados a hacer una pequeña escapada que tenga pinceladas variadas, como una capital, unos castillos, paisajes, poco tiempo y un presupuesto no muy elevado, este puede ser uno de los destinos. A nosotros nos encantó. Empezamos.
Baviera… ¡Allá vamos!
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