Como contábamos en la anterior entrada, viajamos a Bélgica en una escapada de 4 días para visitar algunas ciudades que nos llamaban la atención. Para ello, elegimos Bruselas como campamento base. Gracias a ello descubrimos esta ciudad y, a pesar del poco tiempo que pudimos dedicarle, ya que en esos 4 días viajamos también a Brujas, Gante y Amberes, tuvimos la oportunidad de hacer un recorrido por la capital europea y dejarnos sorprender por sus rincones.
Hemos dividido los puntos de interés que visitamos en varias entradas para que no fuera demasiado largo. En la anterior entrada "Bruselas I: ¿Qué visitar en una escapada?" hemos hablado de algunos tan populares como La Grand Place o el Maneken Pis. Lo que es la ciudad baja de Bruselas, continuamos con parte de los de esa zona para adentrarnos, después, en la ciudad alta.
GALERIAS REALES SAINT HUBERT
En Bruselas se encuentran las primeras galerías comerciales de toda Europa, las Galerías Reales Saint Hubert, construidas a mediados del s.XIX.
Dado el emplazamiento de nuestro hotel, muy cerquita de la Catedral, y la ubicación de la Grand Place, estas galerías prácticamente formaban parte de nuestro itinerario cada vez que íbamos a la plaza (la teníamos que atravesar).
Se dividen en tres zonas, la Galería del Rey, la Galería de la Reina y la Galería de los Príncipes. Durante 200 metros, cubiertos por una cúpula de cristal y una elegante apariencia, a la que contribuyen los exclusivos y especializados comercios, estas galerías merecen que, al menos, paséis un día por ellas, admirarlas y fijarse en sus detalles.
DE LA BOLSA DE BRUSELAS (BOURSE) AL BARRIO DE ST. CATHERINE
Relativamente cerca del Grand Place, se encuentra el edificio de la Bolsa de Bruselas. El edificio de la Bolsa de Bruselas es altamente llamativo. Originario del s.XIX y de estilo neoclásico.
Justo la calle que da a los escalones de la Bolsa, siglos atrás, era un río (Senne) que, en un momento en el que se intentaba reformar la ciudad, se pensó que sería buena idea soterrar. Con ello se podía hacer una gran vía y, además, evitar los inconvenientes higiénicos de un río que atravesaba la ciudad.
Y así se hizo, canalizando el agua por debajo de la calle en la que se encuentra el edificio. Pero esta medida, no resultó satisfactoria. En época de crecidas del río esto traía importantes problemas, con lo que finalmente el río fue desviado fuera de la capital. Eso sí, aprovecharon las canalizaciones reutilizándolas para que pasaran los tranvías por los túneles.
Desde la Bolsa, mirando al frente y dejando el edificio a la espalda, nos vamos a dirigir a una de sus calles, la que está más a la derecha, que nos sumergirá en el Barrio de St. Catherine.
Este es un magnífico barrio para pasear y disfrutar de la gastronomía, numerosos restaurantes y un ambiente bueno y tranquilo acompañarán la visita.
A poca distancia se encontraban antiguamente los muelles del antiguo puerto, aunque parezca mentira. Así que, la fama que tenía el lugar es de recibir el mejor pescado de la ciudad. Hoy por hoy St. Catherine sigue considerándose una de las mejores zonas para comer en Bruselas.
Alrededor de la Plaza de St. Catherine hay numerosos locales de restauración. Nosotros allí cenamos de maravilla en un restaurante que somos capaces de localizar pero que parece no estar abierto.
Callejear por el barrio merece la pena. En él, se encuentra la Iglesia de St. Catherine, que en nuestra visita se encontraba en plena restauración, al igual que la plaza que estaba sin agua.. Dicen que es una de las más antiguas de la ciudad, aunque está prácticamente reconstruida.
En Navidad, además, en este barrio está uno de los mercadillos navideños con encanto que se celebran en Europa. Un mercadillo que dicen que ronda los 2 km y se extiende de la Bolsa a la plaza.
Y es que Bruselas vive la Navidad intensamente con su festival tradicional llamado “Placeres de Invierno” en el que a partir de noviembre, engalana la ciudad para convertirla en un cuento de luces y atracciones.
CATEDRAL DE SAN MIGUEL Y SANTA GÚDULA
Dos siglos tardó en construirse la catedral de Bruselas. Inicialmente era la Iglesia de San Miguel, hasta que se enterraron allí los restos de Santa Gúdula. Este templo religioso gótico es católico, y no adquirió el título de Catedral hasta los años 60.
En los años 80 se llevó a cabo una reconstrucción en la que se descubrieron los vestigios del primitivo templo románico que se situaba allí.
Tiene unas preciosas vidrieras y un impresionante órgano Grenzind del año 2000, con 4.300 tubos.Está ubicada en lo que se considera el centro del ciudad, bastante cercana a la Grand Place.
Nuestro alojamiento durante la estancia, estaba a su lado y resultó muy cómodo para la visita de la ciudad, así como el acceso a las estaciones de tren para trasladarnos a otros puntos de interés.
PARLAMENTO FEDERAL, PARQUE DE BRUSELAS Y PALACIO REAL
Estos tres elementos conforman un espacio de gran armonía. Constituyen la manzana que alberga los edificios más representativos en cuanto a la forma de gobierno del país, la monarquía constitucional.
El Parque de Bruselas, separa estos dos edificios. Paseando por el centro en la misma línea recta se encuentran ambos enfrentados. Este parque se convierte en uno de los principales puntos de paso para los Bruselenses.
El Palacio Real de Bruselas (o Palais Royal) no es la residencia real, está a disposición de las funciones administrativas del Jefe de Estado, y en él se alojan también ministerios. Si la bandera se encuentra izada, como suele ser costumbre, es que el monarca está en la ciudad.
Los reyes tienen su vivienda en el Castillo Real de Leaken.Os hablaremos de él y del barrio en el que se aloja en la siguiente entrada.
MONTE DE LAS ARTES Y PLAZA REAL: Museos, Historia, vistas y arquitectura
Comenzamos a subir la colina que separa esa parte baja de la alta. El Monte de las Artes fue una zona que a nosotros nos encantó. Como su propio nombre indica es un lugar en el que se aglutinan varios museos y además tiene una elevación sobre la ciudad desde la que se tienen bonitas vistas hacia donde mires.
Y es que desde la plaza de L’Albertine, se vislumbra la torre del ayuntamiento en la Grand Place, con los jardines Albertine a los pies. De espaldas a esta vista, la cuesta llena de fachadas sorprendentes y al fondo la portada de la Iglesia Saint Jaques de Coudenberg situada en la blanca Plaza Real.
Antes de subir a la Plaza Real, encontraréis un reloj curioso en la fachada del Palais de la Dynastie, se trata del Reloj de los ciudadanos, construido en los años 50 debido a la Exposición Universal. 12 figuras de personajes históricos en total, como Carlos V o Rubens, y cada uno situado en una de las horas.
La Place Royal, es una plaza de aspecto neoclásico, sobria, amplia, cruzada por las vías de los tranvías y que preside la Iglesia que os mencionábamos. En el centro de este lugar, la estatua ecuestre de Godofredo de Bouillon (líder de la Primera Cruzada).
La iglesia de Saint Jaques de Coudenberg llama la atención por las columnas que sujetan su entrada. Sus escalinatas fueron testigos presenciales, en el s.XIX,de la coronación del primer rey belga, Leopoldo I.
Debajo de esta plaza quedan los restos del antiguo palacio de Coudenberg. El nombre deriva de la elevación que tiene esta zona que se llamaba colina de Coudenberg, y se consideró un lugar privilegiado por ubicación y calidad del aire para establecer un palacio. El Palacio Real comenzó a construirse en el s.XI, y fue ampliándose y convirtiéndose en un importante palacio, residencia de los Duques de Bravante hasta el s.XVIII.
En este tiempo pasó por allí Carlos V, de gran trascendencia para la ciudad, el mismo Carlos V, que al final de su vida quiso retirarse a España para descansar hasta su muerte en el Monasterio de Yuste.
Lo cierto es que además de él pasaron otros tantos, y un día en el s.XVIII un feroz incendio acabó con el edificio. Los restos del Palacio fueron sepultados, algunos utilizados para nivelar la plaza y otros tantos quedaron debajo de la plaza con algunos pasadizos subterráneos. Son visitables para los que puedan estar interesados. Nosotros no lo hicimos.
Arte a raudales en este lugar: el Palacio de Bellas Artes (Art Decó), el Museo Belvue (Historia de Bélgica), el Museo Magritte, la Biblioteca, El Bozar (arte contemporáneo), el MIM…
Y nos paramos en este último, ya que el MIM es el museo de instrumentos musicales de Bruselas pero, aparte de esto, destaca por estar instalado en los antiguos almacenes Old England. Un edificio Art Noveau que no pasará desapercibido si pasáis por allí por su estilo arquitectónico. Dicen que desde su cafetería se tiene unas bonitas vistas de la ciudad.
BARRIO DU SABLON
Nos dirigimos allí en una fugaz visita, intentando exprimir el poco tiempo disponible que teníamos para Bruselas. Buscábamos para orientarnos la Iglesia de Notre Damme du Sablon.
Este barrio se encuentra en la zona alta de la ciudad, se puede llegar desde la Plaza Real, por una de las calles que sale de ésta.
De camino hacia allí nos adentramos en este encantador barrio, calificado como de señorial y donde la arquitectura nos parece atractiva y el ambiente que se respira muy agradable.
Encontramos la iglesia, del gótico brabantino del s.XV (por cierto, que cuando viajas, te das cuenta que hay tantos góticos como países). Construida sobre el emplazamiento de una antigua ermita que había levantado el gremio de los arqueros, a los que en el s.XIV fue vendido ese terreno. Tiene varias leyendas sobre su habitante más antiguo, una imagen de San Huberto, apariciones, robos….
Enfrente de la iglesia se encuentra el Petit du Sablon, un pequeño parque donde antiguamente se encontraba el cementerio del Hospital de San Juan. En el s.XIX se construyó este jardín en el que, a través de sus pequeñas estatuas (más de 40), se intenta homenajear a los antiguos gremios.
PALACIO DE JUSTICIA
En el s.XIX. se construyó este impresionante edificio, que en la actualidad son los Tribunales de Justicia de Bélgica. Supera en tamaño a las Basilica de San Pedro del Vaticano y para su construcción, aparte de tomarse más de 20 años, hubo que demoler miles de casas del barrio de Les Marolles.
En nuestra visita no nos dio tiempo a adentrarnos en su interior, ni siquiera, a acercarnos demasiado, solo pudimos observarlo desde la distancia, andamiado hasta arriba. Pero su visita es gratuita y dicen que es uno de los edificio más impresionantes europeos y que merecen una visita.
La cúpula del edificio, no es la original, cuando los nazis abandonaron Bélgica, tras la Segunda Guerra Mundial, antes de hacerlo prendieron fuego al edificio, quedando la cúpula destrozada.
Hasta aquí, tanto los puntos que os comentamos en la primera entrada como en ésta, la segunda, los hicimos caminando. Las distancias no son excesivamente grandes.
Pero no acaba en este punto nuestro recorrido por Bruselas, en la próxima entrada cogeremos el transporte público para acercarnos a dos barrios un poco más retirados, cada uno con su propia personalidad. El barrio europeo y el Barrio de Laeken. Eso será en:
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