Viajar a Cantabria es una cosa que siempre nos apetece, nunca nos parece que “fuimos hace poco”, o “lo conocemos bastante”, “o quizá no haga bueno”, cualquier temporada, cualquier momento, nos parece perfecto para hacerlo, y siempre le ponemos buena cara.
Hace ya unos meses que no traíamos al blog algún nuevo lugar de esta zona, y hoy lo vamos a hacer trasladándonos con nuestros recuerdos e imágenes a una de las localidades populares de la zona, un pueblecito cántabro lleno de encanto, Potes, capital de la comarca de Liébana.
Potes tiene una excepcional localización, su enclave geográfico se convierte en uno de sus grandes aliados para resultar especialmente atractivo. Cercado por montañas, entre las que se encuentran los Picos de Europa y la sierra de Peña Labra, este pueblo queda abrigado por ellas. Esto genera un microclima algo más seco que el que se respira en el resto de la Comunidad de Cantabria.
Derivado de su ubicación, el acceso al mismo se hace a través de carreteras que ofrecen maravillosas experiencias. Si os acercáis a visitarlo desde Santander, atravesaréis el conocido Desfiladero de la Hermida (el más largo de toda España) que discurre por una estrecha carretera en el que las paredes verticales de piedra y el río Deva serán vuestros compañeros. Os recomendamos, si no conocéis la zona, que este camino lo hagáis con luz del día, ya que tiene alguna curva pronunciada y poca visibilidad. La distancia que ocupa es de 21 km y, desde la zona costera de Cantabria, es el único acceso posible para entrar en la comarca de Liébana.
Esto nos recuerda que hace tan solo una semana, con eso de la llegada del otoño, hablábamos de la gastronomía de cuchara y del Cocido Maragato. Si entráis en esta comarca y sois amantes del cocido, aquí podréis disfrutar del Cocido Lebaniego. En Cantabria también es conocido el cocido montañés, cuyas protagonistas son las judías.
Volviendo a los accesos al pueblo, como anécdota, os podemos contar que en nuestra primera visita al lugar, hace ya bastantes años, nos alojamos en el propio desfiladero, una ubicación privilegiada al despertar, bucólica, en medio de esa estrecha y vertical garganta, con el ruido del río, pero que por las noches se convertía en una estresante aventura. Para una noche es una maravilla, pero 5 noches demasiada adrenalina al volante para unas vacaciones.
Si os acercarais a Potes desde Palencia, tendréis que atravesar un puerto, el de Piedrasluengas, y disfrutar de las vistas de la Montaña Palentina. Si lo hicierais desde León, en este caso, se trataría del puerto de San Glorio. Como veis lo de estar “rodeado de montañas” no es un recurso literario, sino una realidad tangible que comprobaréis desde dónde queráis acceder.
Potes es uno de esos pueblos en los que no hace falta rebuscar para encontrar su encanto, su imagen en sí misma es digna de postal. Las calles empedradas, el entorno que lo rodea, el aire medieval. A priori, no se nos ocurre que alguien llegara allí y pensará.. “un pueblo más”. En Cantabria hay muchos pueblecitos con encanto, pero lugares como Liérganes, Bárcena Mayor, Tudanca, Santillana del Mar o Potes, entre otros, son de esos que destacan…
El ayuntamiento de Potes preside la plaza, sito en la imponente Torre del Infantado del S. XV, que no pasa desapercibida para el recién llegado. Destaca en todo el conjunto de la localidad. En su interior se realizan exposiciones varias también. El Marqués de Santillana tuvo mucho que ver en esa construcción y, estando en sus manos el municipio, hizo de este lugar la capital de la comarca, como lo es hasta la fecha actual.
Del paseo por las callejuelas de Potes, se puede sacar una sensación de nobleza y señorío, las casonas se reparten por el municipio. También podréis encontraros puentes y rincones de gran belleza.
Desde los años 80, este lugar es considerado Conjunto Histórico Artístico, y su casco antiguo Bien de Interés cultural. En torno a este segundo punto, comentaros que en la Guerra Civil, Potes fue víctima de un agresivo incendio que destruyó gran parte de su núcleo que posteriormente fue reconstruido.
Si salís del municipio y continuáis su carretera llegaréis hasta Fuente Dé, donde se encuentra el teleférico, que abrirá las puertas al Parque Nacional de los Picos de Europa y os subirá (unos 750 metros) hasta el impresionante mirador de El Cable. Desde allí, se inician variadas rutas de senderismo. De momento, os dejamos una imagen como adelanto de esto y, más adelante, profundizaremos en este lugar.
Hoy, nuestra atención se centra en Potes, este famoso pueblo cántabro que desborda encanto, está regado por su orujo, envuelto por montañas, enlazado por sus bonitos puentes (de dónde se dice que deriva el nombre de la localidad, Villa de los Puentes), y cuyos accesos rezuman belleza, carreteras que desafían la naturaleza, el Monasterio de Santo Toribio que también dejamos para otra entrada y un microclima suave que endulzara la visita ¿Apetece o no?
Felizmente pronto se procederá a la modernización de los accesos a través del desfiladero de la Hermida y mejorará la seguridad de los desplazamientos por la zona.
ResponderEliminarAprovecho para recomendar el queso de Pido, que se puede comprar en Potes si es que al único productor no se le ha agotado...
Como curiosidad, en Potes se producen los únicos vinos tintos de Cantabria.
Por lo demás, felicitaciones por el interesante blog.
Hola Francisco,
EliminarMuy interesante la información que nos aportas, nos acabas de dar otro motivo más para volver... ¡Hay que buscar ese queso! ;-)
Agradecemos muchísimo tu comentario.
Un saludo,