Dicen que hubo una vez, una familia noble, Los Duques de Osuna, ilustrada, interesada por el mundo artístico y cultural, que allá por finales del siglo XVIII adquirió una finca a las afueras de Madrid, en la Villa de Alameda, para relajarse, desconectar y en ella crear un exponente de todas sus inquietudes.
En el Paseo de Osuna (Madrid capital), se encuentra un lugar que emana romanticismo. Quizá uno de los parques más desconocidos de la ciudad, pero que aparte de tener un conjunto variadisimo de vegetación, árboles centenarios y donde en primavera se puede ver como abundan las lilas, flor favorita de su primera propietaria, está salpicado de elementos artísticos como la exedra, esculturas, fuentes, un palacete, sala de baile, embarcadero, casino… La mayoría realizados por artistas de renombre del momento.
(Hemos editado la entrada en 2015 aportando nuevas imágenes del parque, así lo podéis observar tanto en otoño como primavera)
Y es que doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, Duquesa de Osuna (ahí es “ná”), era en aquella época una mujer muy considerada dentro del mundo de las cultura, lo que le hacia tener compromisos sociales habituales llegando a ser Presidenta de “La Sociedad Económica del País”. Por este motivo dotó está finca de numerosos detalles preparados para el disfrute de sus invitados.
No tuvo la suerte de poder ver acabado su proyecto, y el recinto pasó en herencia a su nieto, quien construyó, siguiendo el estilo de su abuela y en honor a ella la exedra que podréis ver en la Plaza de los Emperadores del parque, rodeada de esfinges.
Los años venideros no serían los mejores amigos de este parque, por aquel entonces finca privada, y el cambio de propietario, tras el fallecimiento del nieto de la Duquesa, marcó un declive en el desarrollo de este lugar, hasta acabar siendo subastado.
Paseando por él, justo al lado del palacete, sometido a restauración desde hace años y del que solo se puede contemplar la fachada actualmente, encontrareis una pequeña puerta que da acceso a un bunker. Y es que durante la Guerra Civil Española, lo que hoy es el Parque del Capricho se convirtió en un Refugio Militar, cuartel del bando republicano, y se mandaron construir túneles y galerías , deteriorando mucho el estado del lugar.
En los años 70, el Ayuntamiento de Madrid se hizo propietario del mismo, y en la década de los 80, fue declarado Bien de Interés Cultural. Aunque no hay que olvidar, que ya antes de la República fue declarado Jardín Histórico, y posteriormente, en los años 40, Jardín artístico. Conmemoraciones no le faltan al lugar.
Si vais una mañana-tarde cualquiera, lo primero que encontrareis al llegar son unos tornos que controlan el aforo del Parque ya que, según tenemos entendido, está fijado en un máximo de 1000 personas de forma simultánea.
Según entras, si te agachas para intentar encuadrar una foto de ese paseo que acaba en una plaza, para dar paso a otra entrada, te rememorará la imagen de una especie de Plaza de Toros, y es que, efectivamente, su propósito en el momento de la construcción, fue ese. Ya que la Duquesa fue una defensora tanto de artistas como toreros.
Según atravesáis la segunda puerta, si siguierais todo recto, llegaríais al palacete, que se construyó a principios del siglo XIX de manos de Lopez Aguado, diseñador del mítico parque madrileño del Retiro.
A pesar de haber ido ya varias veces a El Capricho, fue apenas hace unos días (2010) cuando descubrimos por primera vez las ardillas correteando entre los árboles. Quizá el hecho de estar en otoño nos permitía verlas mejor por las ramas, sin el follaje denso que las puebla en primavera. Pero la primavera, es otra de las fantásticas épocas para disfrutar de este lugar, todo se vuelve verde intenso (fotos 2014)
No es nuestra intención describiros con detenimiento cada elemento que podéis encontrar. Sólo pretendemos haceros un tráiler, decir lo suficiente como para provocar una visita, pero dejar que cada uno de vosotros descubra, una vez que esté allí, lo que este lugar le puede ofrecer.
Desde el propio palacio, podéis dirigir la mirada hacia el templo de Baco, fácilmente visible, y difícil de fotografiar sin nadie, porque resulta ser un punto codiciado para la fotografía que pone esa guinda de romanticismo que desborda los jardines.
Alrededor del fortín, si vais con niños, estamos seguros de que disfrutarán muchísimos escuchando el croar de sapos y viéndolos agolpados flotando en las aguas que lo rodean.
Y quedan algunas cosillas más, algunas objetivas, y otras que las pondréis cada uno en vuestra visita, y estaremos encantados que nos comentéis.
Y quedan algunas cosillas más, algunas objetivas, y otras que las pondréis cada uno en vuestra visita, y estaremos encantados que nos comentéis.
Si vives en Madrid y aun no conoces el Parque de El Capricho, os recomendamos su visita. Si no eres de aquí, y tienes los suficientes días, o simplemente te apetece visitar un rincón que no es un “favorito” de las guías de viaje, pero que aparte de historia, tiene un encanto singular la recomendación sigue en pie.
Precioso relato de la historia de este parque, y preciosos esos rincones q describís, me encanta!!!!!........unas fotos maravillosas!!!como siempre.......
ResponderEliminarLo que me he perdido estos días...!!! Madrileña de pura cepa y no lo conozco... jejeje... pero es q. solía ir una persona q. me hizo cogerle cierta manía al sitio... pero viendo cómo lo describís... y vuestras fotos... sin duda q. iré a verlo....!!!!
ResponderEliminarLo conozco, es genial, pero no tanto como tus fotos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestros comentarios. :)
ResponderEliminarEl Parque del Capricho es un sitio ideal para pasear, con tantos rincones...
Nos alegramos que las fotos os hayan gustado!! De verdad, infinitas gracias...
Por fin visité el Parque.... y tengo que deciros que me ha parecido una paseo maravilloso en un día de calor, que allí no se sentía y mis fotos no son tan bonitas, pero he venido encantada...
ResponderEliminarPrometo seguir visitando más de vuestras recomendaciones... (de momento soy la mejor alumna... jajajaja....) :-)
Siempre he querido visitar este parque, porque me han hablado maravillas. Pero nunca nunca lo encuentro abierto. No sé si es que abre solo ciertos días, pero aún no he tenido la suerte de entrar.
ResponderEliminarDejo aqui los horarios para todos aquellos que pueda interesar.
EliminarDel 1 de octubre al 31 de marzo sábados, domingos y festivos de 9 a 18,30 horas.
- Del 1 de abril al 30 de septiembre sábados, domingos y festivos de 9 a 21 horas.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un saludo,